La Jornada. Con el voto de los legisladores de PRI y PAN, las comisiones dictaminadoras del Senado aprobaron en lo general la reforma laboral, tal como la remitió la Cámara de Diputados. Panistas y perredistas propusieron cambios en ocho artículos relacionados con transparencia y democracia sindical, pero no pasaron porque hubo empate a seis.

Por ello, todo se definirá en la discusión en el pleno, que podría darse hoy martes, donde el bloque PRD-PAN es superior al de PRI-Verde por cuatro votos, lo que permitiría modificar la minuta y regresarla a San Lázaro.

Hoy también, Andrés Manuel López Obrador acudirá al Senado a tratar precisamente cómo parar la reforma laboral con los senadores de PRD, PT y Movimiento Ciudadano.

Ayer, la perredista Alejandra Barrales, secretaria de la Comisión del Trabajo, aclaró que su bancada está contra todo el contenido de esa legislación, “que sólo busca beneficiar a los patrones al hacer competitivas a las empresas a través de abaratar la mano de obra y de liquidar conquistas laborales que costaron décadas de lucha”.

Ningún cambio, estrategia priísta

La estrategia del PRI, luego de la reunión que el viernes pasado sostuvo el coordinador Emilio Gamboa con el presidente electo, Enrique Peña Nieto, fue pugnar con todo por que se apruebe sin cambio alguno la minuta. Los senadores Armando Neyra Chávez e Isaías González, representantes de las dos principales centrales obreras, que antes habían hablado de que incluso se retirara la minuta, ayer dieron marcha atrás.

Avalaron esa reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), pese a que incluye ordenamientos que lesionan a los trabajadores, y sólo alzaron la voz para protestar por los ocho artículos reservados que obligan a las dirigencias sindicales a transparentar el destino de los recursos y el patrimonio gremial, a llevar a cabo elecciones libres y secretas, y a hacer públicos los estatutos, contratos colectivos y demás documentos internos.

La discusión comenzó luego del mediodía, cuando el presidente de la Comisión del Trabajo, Ernesto Gándara (PRI), dio a conocer el dictamen que él elaboró y en el que se proponía “aprobar el dictamen en los mismos términos que la minuta remitida por la Cámara de Diputados el pasado 2 de octubre”.

A propuesta de panistas y perredistasesa parte se eliminó, al igual que alusiones a la “estupenda labor” de los diputados y a lo “acertado” de haber incluido un capítulo sobre minas, que en realidad no está en el proyecto, porque “se perdió” en el camino de San Lázaro al Senado.

Barrales hizo notar que en la exposición de motivos del proyecto de dictamen de Gándara se incluían dos “trampas”, ya que se pretendía ir más allá del articulado de la minuta en el tema de pago por hora y outsourcing y eliminar dos modificaciones que hicieron los diputados a la iniciativa de Felipe Calderón. Una de ellas quitaba la responsabilidad al patrón que subcontrata personal y la otra variaba la disposición de pagar a los trabajadores una jornada completa, sin importar las horas pactadas de trabajo.

Hubo un primer receso para modificar la exposición de motivos y se dio luego la votación en lo general de la reforma, que fue de diez contra dos, toda vez que sólo los perredistas integrantes de las comisiones dictaminadoras lo hicieron en contra.

Los priístas llevaron un discurso unificado y tanto Gándara como Raúl Cervantes, apoderado legal del PRI, insistieron en aprobar esta reforma, ya que después vendrán otras iniciativas de Peña Nieto que permitirán crear mayores empleos y la flexibilidad y competitividad necesarias para mayores inversiones. “Se trata de traer mayores inversiones tanto nacionales como extranjeras, cuidando los derechos de los trabajadores, pero buscando modalidades y diseños específicos para que el empleo se dé en mayor forma”, recalcó.

Barrales expuso que llevarán al pleno 15 reservas en aquellos artículos que legalizan formas extremas de explotación de los trabajadores, y ayer presentó ocho propuestas de modificación en materia de democracia sindical, tema en el que votaron conjuntamente con el PAN.

Los panistas, encabezados por Javier Lozano, sólo se reservaron seis artículos: 364, 365 371, 373, 391 y 494, todo bis, y los perredistas dos más, 388 bis y 390, que van más allá: proponer que los contratos colectivos de trabajo sean votados por los trabajadores antes de aprobarse y, de lo contrario, las autoridades laborales no permitan que se depositen, para acabar con los contratos de protección que se han multiplicado en el país.

Hubo un segundo receso a fin de que senadores de PRD y PAN encontraran una redacción conjunta a los artículos reservados. Así lo hicieron en el caso de los seis artículos comunes, en los que se establece que las dirigencias sindicales deberán rendir cuentas cada seis meses de la administración del patrimonio sindical y, en los casos de organizaciones que tengan más de 150 trabajadores, deberán ser dictaminados por un auditor externo.

Buenas intenciones

Incluso, si el dirigente no rinde cuentas, la autoridad laboral ordenará la suspensión de las cuotas. Asimismo, en cuanto la transparencia, se obliga a la Secretaría del Trabajo y a las juntas de Conciliación a hacer pública la información relativa a los sindicatos, como son registro de asociaciones, toma de nota, estatutos y contratos colectivos.

El PAN avaló los artículos sólo reservados por el PRD: 388 bis y 390, y comenzó la votación. No hubo debate y los seis senadores del PRI votaron en contra cada uno de los seis artículos. Al principio, como si lo recitaran, señalaban que el ordenamiento ya había sido desechado por los diputados y que además iba contra el artículo 123 constitucional.

Hubo tres rondas de votación y el empate persistía, pues el tricolor tiene mayoría en las comisiones. En las dictaminadoras hay cuatro panistas y dos del PRD. El dictamen se turnó a la mesa directiva y a la Junta de Coordinación, y todo apuntaba a que hoy se votará ante el pleno. La sede senatorial ya está cercada por la policía... La Jornada...
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