Jennifer Lawrence
Terra.
Desde que se hiciera conocida hace solo tres años, a Jennifer Lawrence le han llovido tantos halagos por su talento interpretativo como por su atractivo físico. Aunque lidia con ellos con ironía, su comentado estatus de icono sexual le parece totalmente fuera de lugar, por lo que prefiere pensar poco en ello.

"Eso de ser una sex symbol es de locos, no me veo para nada como algo así, no me veo sexy de ninguna manera. Creo que tengo que empezar a quitármelo de la cabeza, porque cada vez que lo pienso me produce náuseas", reconoció al periódico británico The Sun.

Además, hasta hace muy poco tiempo, la simpática actriz solía preocuparse tan poco por su aspecto físico que no le importaba usar ropa que no le gustaba, ya que así evitaba ir de compras, una de las actividades que siempre ha considerado más tediosas. Sin embargo, del "odio" por la moda se ha convertido en solo unos años en la nueva cara de la marca Dior, siguiendo la estela de bellezas como Natalie Portman o Marion Cotillard.

"Siempre he odiado ir de compras. Mi madre solía llevarme a TK Maxx y casi moría de aburrimiento. Cuando empecé a ser conocida, siempre me ponía ropa que no me gustaba demasiado, pero era gratis y era una manera de no tener que ir de compras, por lo que me pasé años vistiendo prendas que ni siquiera me gustaban. Pero luego tuve que tragarme mis palabras, porque fui de compras hace poco, y la verdad es que me gustó. Ahora me suele gustar mirar ropa", añadió.

Por otro lado, Jennifer está particularmente orgullosa de que su físico no haya sido determinante a la hora de encarar su carrera, ya que la industria cinematográfica suele ofrecer personajes sin matices a las actrices de su edad o papeles en los que una acaba interpretándose a sí misma, algo que en su caso sería muy "aburrido".

"No me gusta interpretar a personajes que son como yo, porque me considero una persona bastante aburrida, no me querría ver en una película. Es bastante duro para una chica joven, porque normalmente solo te llegan papeles en los que básicamente tienes que ser guapa y sinvergüenza, fea y agradable o guapa y tonta. Me considero bastante afortunada por haber podido alejarme de los tópicos", explicó.

Además, después de de hacerse con su primer Óscar con solo 22 años, los medios de comunicación de su país ya la consideran la nueva novia de América, como en la década pasada fuera Julia Roberts. Aunque sea comparada y se codee con verdaderas estrellas de la meca del cine, la estadounidense cree "ridículo" que recién llegados a Hollywood como ella sean tildados de estrellas.

"Es bastante ridículo, no me veo como una estrella para nada. Conocí hace poco a un chico que ni siquiera es famoso, solo sale en un anuncio en televisión, y me puso tan nerviosa que casi sufrí un infarto", aseguró.
Terra. 

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