Jorge Diaz. El gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto quiere trascender por su espíritu reformista. Desde el inicio le llegaron a grandes temas; entre otros, el de telecomunicaciones.

En el caso de la reforma educativa, se pusieron firmes, resistieron casi todo e impusieron cambios que parecen darán buenos resultados a largo plazo, y qué bueno. Echaron abajo los privilegios de haraganes y meterán en cintura la negligencia y mediocridad de muchos.

Le llegó el momento a la energética y pasó. Estamos esperando que los beneficios se reflejen en nuestro recibo doméstico, hay que ser pacientes. Hasta ahí todo bien, pero…

Así se la han llevado, hasta llegado el momento de las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones. Ahora sí, ya caló (me incluyo).

Todo indica que con el mismo ímpetu y la firme determinación de no dar un paso atrás, promueven leyes que afectarán a millones de usuarios del internet, opinadores libres, activistas y cualquier interesado en ejercer sus libertades en la red.

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. En algunos casos, los gobiernos tienen que tomar medidas que duelen a muchos actores que se encuentran en un área de confort y gozan de privilegios, para optar por el bien supremo y el beneficio de las nuevas generaciones; pero en otros, no pueden darse el lujo de coartar la libertad de millones con excusas inverosímiles.

Con estas intenciones, la desobediencia y la inconformidad podrían ser desastrosas para la paz social y la gobernabilidad. El internet ha trascendido de ser un medio más o menos de entretenimiento y ha pasado a ser probablemente, la única herramienta que tienen muchos para expresar ideas, anhelos, inconformidades; pero sobre todo, la realidad que aqueja a millones que antes eran ignorados no sólo por el gobierno, sino también por los medios de comunicación formales.

Me uno a la protesta de quienes han manifestado su inconformidad contra la amenaza que representan estas leyes secundarias en materia de telecomunicaciones.

LA INTERNET, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, EL DERECHO A INFORMAR Y ESTAR INFORMADO, EL DERECHO A CONOCER DIFERENTES ÁNGULOS SOBRE UN MISMO SUCESO Y LA PRIVACIDAD, NO SE TOCAN.

Que el gobierno emplee otros métodos de inteligencia para conocer sobre posibles atentados contra la paz nacional, pero que no se vayan por la vía más sencilla: el autoritarismo, la represión y la “Ley Silencio”.

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