2018: Mancera y las lentejas
Todavía no ocurren las elecciones intermedias del 5 de junio de este año y ya Miguel Ángel Mancera anuncia que sí, que quiere sí quiere. Y que lanzará su candidatura para conseguir la presidencia de la República Mexicana por un partido de izquierda. Ahora falta saber qué partido de izquierda y si los ciudadanos del ex-DF lo apoyarán luego del infierno de todos tan temido en que se ha convertido la capital del país.

Por supuesto él no percibe lo que piensan los capitalinos de a pie; apenas alcanza a recordar que él impulsó que se incrementara el salario mínimo y que ya no se homologara para efectos de pesos y medidas… Y que… ¿qué más?...

Al jefe de Gobierno capitalino lo tiene encandilado lo que sus ad lateres le dicen: ‘que va excelente, que las campañas en su contra son de sus enemigos y adversarios políticos; que él es inteligente, simpático, querido y que los ciudadanos de CdMx lo aman por encima de todo…’

Pero no escucha o no quiere escuchar las voces que en sinfonía recorren las calles de la capital reprochando, reclamando, lamentando sus decisiones a granel y que afectan a miles en sus vidas como por ejemplo el “Hoy no circula” que un día sí, otro no, otro sí, otro también y va de regreso y no que sí, que no… que domingo también pero que siempre no todo el día… que las motos sí, que las motos no, que las fábricas contaminantes ni con el pétalo de una rosa…”

Y aquella promesa sí cumplida de quitar el pago anual de tenencia vehicular aunque se desquitó incrementando sin explicación alguna el pago del ‘refrendo’ en una capital del país en donde todo cuesta más que antes y en donde el origen de izquierda que invoca el aspirante a ser presidente de México no se ve ni se escucha…

A lo mejor el señor Mancera tendría que explicarnos qué entiende por ser de izquierda y cómo se conecta esa idea e ideal de izquierda con el gobierno neoliberal que ha llevado a cabo. Cómo conecta su aspiración a que un partido de izquierda lo lleve como candidato en tanto que sus cercanías con el priísmo y con el presidente Peña Nieto son más que evidentes…

O Cri-Cri –a la medida de su propuesta-: “Si no puede con quelites, mucho menos con lentejas”… Si la Ciudad de México se le está deshaciendo entre las manos y cada vez hay un mayor repudio a él y a sus decisiones de gobierno, cómo quiere gobernar a un país en donde prácticamente es desconocido: ‘No todo fuera de México es Cuautitlán’, que dijera La Güera Rodríguez.

Él dice: “Sí. Sí quiero. Estoy convencido, tengo toda la intención de participar y si la vida no decide otra cosa, lo voy a hacer. Sin duda lo haré con un proyecto de izquierda y, obviamente con las simpatías y el trabajo que he realizado con la gente. Pero creo que hay condiciones para que se sumaran otras expresiones y otras fuerzas (…). Sí se puede hacer; cuando comenzamos con la propuesta del salario mínimo nos decía que no se iba a poder, pero finalmente sí se pudo, sí cambia vidas, cambia historias”…

Al referirse al candidato de izquierda y dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, Mancera lo describió como “un político de mucho tiempo, de tradición, pero creo que podemos hacer propuestas y la gente tendrá que valorar”… ¿Podemos? ¿Quiénes? ¿Tendrá que valorar?...

Y se consuela a sí mismo: “Vamos a intentar que la izquierda pueda seguir siendo la opción de la Ciudad de México [¿su izquierda?], creo que le ha dado beneficios importantes a la ciudad.

Miguel Ángel Mancera llegó a la jefatura de Gobierno del DF como candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y arrasó, pero no es del PRD y lo ha dicho hasta el cansancio. En principio porque se dijo un ‘político’ ciudadano; y luego porque vio como el PRD entraba en crisis estructural y en fase de extinción…

Insiste en que será candidato de ‘izquierda’ a la presidencia, pero tiene mucho cuidado en no decir con qué partido competiría y si iría, como en la ocasión anterior, con un membrete de partido pero sin ser de ese partido…

Aun así, sin memoria histórica y menos pudor, el coordinador del PRD en el Senado de la República, Miguel Ángel Barbosa, dijo la semana pasada que ‘Mancera es la única opción para que el PRD compita de manera real en las elecciones de 2018’. Ah. ¿Eso anula las aspiraciones del gobernador del estado de Morelos, Graco Ramírez o las del gobernador de Michoacán y también protegido de Peña Nieto, el perredista Silvano Aureoles?...

¿Y las aspiraciones de cientos de perredistas que también han dado la vida por su partido a lo largo de los años a pesar de los pesares y a pesar de que el PRD está en la peor de sus crisis de aceptación nacional y, por lo mismo, tiene que hacer alianzas con la derecha mexicana para conseguir ser y estar?

Miguel Ángel Mancera ha hecho un mal gobierno en la ciudad de México. ¿Culpa de él? En gran medida sí, pero también esto tiene que ver con la voracidad y la desfachatez de muchos delegados llegados del infinito sideral, impulsados por partidos de todos colores y sabores. Y él lo permite.

La rapiña, el abuso, la corrupción, la violencia, el crimen organizado, el desempleo, el empleo informal multiplicado al infinito, el desaseo, el pésimo sistema de transporte público, el Metro sin solución humana y de gobierno; la ingobernabilidad, el todos hacer lo que quieren, los cobros de derecho de piso, la mugre, la malolencia y el abandono de muchas zonas no visibles para los ‘tomadores de decisiones’ son la huella de este gobierno capitalino que Mancera encabeza.

Tiene derecho a aspirar. Los ciudadanos de todo el país tienen derecho a analizar y decidir en democracia. ¿O sí? ¿O no?
 
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