AMLO y Trump
Si los astros se les alinean a estos dos populistas y las encuestas no mienten, las posibilidades que tienen para ser presidentes de sus respectivos países hace temblar a muchos.

Durante las últimas décadas, la migración en todo el mundo, los abusos sobre las leyes de libre mercado de las que muchos se han aprovechado en detrimento de los trabajadores y un descontento natural de la sociedad frente a los gobiernos y políticos convencionales por su incapacidad, desinterés y en muchísimos casos, corrupción; pone el plato a estos mesías.

No es un asunto privativo del hemisferio norte de este continente, pero es el que nos atañe.

Prometiendo cosas muy taquilleras, pero con poco o nulo conocimiento de la profundidad de los problemas, convierten su palabrería en música para los oídos de los desesperados. Porque a los desesperados poco o nada les importa una explicación técnica o racional de la complejidad de los tiempos modernos, lo que quieren es una solución a su angustiosa realidad como quien va por una limpia con un curandero o se acerca a cualquier secta charlatana que prometa alivio a sus enfermedades mundanas y su precaria condición económica.

Así las cosas y cuando estos dos se vean con la papa caliente en las manos, se puede adivinar que tomarán medidas de aislamiento. Su incapacidad por hacerle frente a los problemas globales y la necesidad de quedar bien con el electorado que los llevó al poder, mismo que violentamente podría vomitarlos en segundos de no ver por lo menos un movimiento en favor de sus demandas, podría llevarlos a la sencilla pero equivocada medida del proteccionismo sin más.

Por parte del gringo, crear muros reales y virtuales contra todo aquello que amenace un puesto de trabajo para los suyos (blancos), aunque los suyos no quieran trabajar, castigar las importaciones con impuestos, exigir que las empresas no abandonen suelo americano, entre otras cosas. Consecuencias: un aislamiento que los puede ahogar. No hay manera que este país pueda comprar cosas producidas en su territorio a precio de lo producido en China o México por citar un par de ejemplos.

Por parte del tabasqueño: cancelar cualquier posibilidad de ver el futuro en términos de modernidad en los negocios, creatividad y agresividad para conquistar nuevos mercados, así como la consolidación de los que ya existen y representan una valiosa alternativa frente a lo que ya no se puede hacer con los ingresos del petróleo.

En su visión del mundo no está la modernidad; por el contrario, lo rodean las ideas de los usos y costumbres, la misoginia, la homofobia, los sindicatos corruptos y cómplices, la falta de respeto total a la autoridad si no proviene de él, y a las instituciones; el vender muñequitas hechas por artesanos que ni español saben hablar; en fin, un retrograda. Esa es su visión cósmica del México del futuro. Entregará tierras a campesinos que no saben y no tienen con qué trabajarlas, pero eso sí, según él, les habrá devuelto la dignidad, aunque se pudran. Apostará a un consumo interno que no podrá satisfacer. Consecuencias: la eventual carestía de muchos productos que para los ciudadanos de las grandes urbes mexicanas son indispensables y que no se producen en territorio nacional. Peor aún: el rezago de un país que está emergiendo, se ha posicionado como el número 12 de importancia a nivel mundial y da claras señales de liderazgo en Latinoamérica y de ser una voz a tomar en cuenta en el concierto internacional.

Si se les alinean los astros.

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