Mientras él juega
Donald Trump está metido hasta el cuello en problemas domésticos. El que más ruido le hace y amenaza con un humillante despido, es su conexión y presunto intercambio de información secreta con los rusos, amén de la posible intervención de estos últimos en las elecciones que lo hicieron presidente.


Imbécil, como siempre, el señor que salió de un programa de televisión basura directo a la Casa Blanca (por increíble que esto siga pareciendo), pretende desviar la atención y quizá en su lógica, postergar o borrar las investigaciones en su contra jugando a la guerra.

Juega a la guerra militar, a la comercial, a la mediática y a la del racismo y persecución de personas que seguramente son más valiosas que todos los trogloditas que votaron por él.

Pero mientras él juega, el plato lo están pagando los países como México que no sólo resiste la humillación mundial de ser etiquetado por uno de los hombres más poderosos de la tierra como un país de quinta, que produce personas de quinta; sino también, padeciendo la incertidumbre económica que provoca la inacción de los actores nacionales e internacionales que generan bienes y riqueza tanto en nuestro territorio como en el suelo norteamericano.

Siendo así, dependemos de la celeridad que los norteamericanos pongan a todos los asuntos pendientes y casi indefendibles por parte de las estupideces que ha cometido este señor para que su destitución sea rápida y fulminante.

Sólo de esa forma acabará la pesadilla para muchos.

Twitter: @adejorge


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