Una nueva oleada de descalificaciones hacia la persona de Enrique Peña Nieto se desató en Twitter y otras redes sociales. Ahora toca el turno a su aparente falta de recursos al hablar inglés. No me sumo a la ola de críticas, puesto que soy un convencido de que nadie está obligado a ser un experto en lenguas extranjeras.
De
hecho, partiendo de la base de que los angloparlantes nunca han sentido la
obligación y mucho menos la necesidad de hablar una lengua distinta a la suya (hablando
en general de su mentalidad como sociedad, no de cada individuo en lo
particular, aclaro), y cuando de manera arbitraria en ocasiones exigen que en
países como México se les hable en su idioma ya sea, en ambientes laborales o
destinos turísticos, considero que la nueva moda en las redes sociales raya en
el bullying.
En
todo caso, es criticable que el equipo de asesores del mexiquense no lo sepa
arropar y proteger ante situaciones tan sencillas como disponer de un traductor
simultaneo para no hacerlo ver mal, pero hasta ahí.
Inclusive,
debo admitir (aunque sea impopular por no sumarme al bullying), que revisé no
sólo el video por el que han comenzado los ataques, sino otro más en donde se
encontraba en una serie de preguntas y respuestas espontáneas en inglés y creo
que en el primero (objeto de las burlas), fue más bien una cuestión de error de
lectura más que de comprensión puesto que en el segundo (libre de sus apuntes)
respondió de manera mucho más natural y fluida.
Respecto
del acento, por si alguien quiere tomarlo por ahí, debo decir que es inevitable
corregirlo a menos que vivas durante años en un país de habla inglesa, donde la
práctica ayude a perfeccionarlo con tranquilidad y paciencia.
Así
pues y siendo un ferviente seguidor de las redes sociales a las cuales me debo
y cuya influencia para apuntar con nitidez lo mal que camina nuestro país reconozco
y respeto, creo que en esto se equivocan. Sabiendo de lo que hablo, por haber
vivido y trabajado cultivando mis conocimientos en el inglés por años en Escocia
y haber constatado de primera mano el desprecio que tienen hacia nuestro
hermoso español y cualquier otro idioma, estoy convencido que a un político se
le deben exigir otras cosas y no estar poniendo atención en nimiedades.
A
fin de cuentas, los promotores de este acoso deberían pensar primero en sus
candidatos preferidos que no creo que tengan un mejor nivel de inglés que el de
Atlacomulco y preocuparse de la imagen entreguista que proyectan al salir a
defender la obligación de aprender inglés a sus políticos, cuando en otras
ocasiones son ellos mismos (los que ahora atacan), quienes acusan de
entreguista a quien no piensa como ellos en asuntos que revisten una mayor
importancia.
Por
lo pronto, le recomiendo a Enrique Peña Nieto se sume a la campaña contra el
bullying de Mario Delgado y Ninel Conde, para ver si así le dan un respiro navideño.
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