Florence Cassez
Florence Cassez, el caso de la indignación.
Angela Monte
Däniken, SUIZA
Escrito por Angela Monte







Reporteras de Guardia. Un golpe más al ya tan vapuleado orgullo nacional es la liberación de la presunta criminal más famosa de los últimos tiempos, Florence Cassez.

No me consuela pensar que la justicia mexicana es y ha sido una de las más polémicas del mundo -por decir lo menos y en palabras muy diplomáticas- y que por eso era de esperarse tremendo error garrafal en la impartición de justicia.

Florence Cassez secuestró, torturó y abusó de un puñado de inocentes mexicanos. Era su modus vivendi, la única forma en la que podía desayunar champaña tirada en la proa de un costoso yate, mientras las familias de sus víctimas vendían hasta su alma al diablo por recobrarles con vida.

"¿Qué quieres que le mandemos a tu familia para que paguen por tu vida: una oreja o un dedo?", llegó a preguntarle la francesita a aquel muchacho con los ojos y extremidades vendadas, mientras yacía en el suelo rodeado de sus propios residuos fecales. No fue ésta su única víctima.

¿Que por qué está libre? Pero, ¡hombre! si todo el mundo lo sabe: franceses y mexicanos conocen el transfondo político por el que Enrique Peña Nieto y François Hollande pactaron para burlarse del principio básico de los derechos humanos de los pueblos que gobiernan: el de la justicia.

Felipe Calderón y Nicolas Sarkozy, en los siete años que duró el "Cassez-Affaire", tuvieron siempre presente la calidad de delincuente que es la señora. Por eso tantos roces diplomáticos, tantas audiencias y guerra fría, pero llegaron sus sucesores a destruir el proceso en un "¡pis-pas!".

¡Qué le importa a Enrique Peña nieto el dolor de las víctimas de Florence Cassez! Las cárceles mexicanas están llenas de inocentes con procesos jurídicos irregulares, pero de ninguno de ellos depende la relación diplomática con una "potencia" mundial. ¡Qué le importa a François Hollande las pruebas concluyentes en el expediente de la Cassez!

Lo más importante era casi condecorarla como la moderna Juana de Arco por haber sido víctima de las autoridades mexicanas, distrayendo la atención de las atrocidades que la mujer cometió, con un recibimiento de jefe de estado en su natal Francia.

México entero está sumido en la indignación, la impotencia y la desesperanza. La respuesta de Peña Nieto: "El Presidente Peña Nieto, condenó errores en el caso de Florence Cassez e instruyó a Segob y PGR estricto apego a derecho en los procedimientos penales futuros" (Grupo Reforma, 24-01-2013), no tiene cabida en el consciente colectivo mexicano. Mejor hubiera sido quedarse callado.

México y Francia han reanudado sus relaciones diplomáticas, tal vez intercambios comerciales y culturales también, pero lo han hecho con las manos sucias. Aprovechando coyunturas en las leyes jurídicas para beneficios personalmente políticos.

Una vez más, el hambre de poder (la farsa hecha por Genaro García Luna sobre la aprehensión de la francesa) ha asestado un nuevo tiro de gracia a México. Con todo eso, el pueblo francés no podrá ocultar que por sus calles camina una verdugo de inocentes mexicanos, con total impunidad. Hoy Florence Cassez es la nueva heroína...  ¡de la impunidad!! 

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