Jorge Diaz. Ayer jueves nos despertó la desagradable noticia (por si nos faltaran) que PEMEX prestó 500 millones de pesos al sindicato de trabajadores del mismo instituto, -liderado por el tristemente célebre Romero Deschamps- con un plazo de cinco años y sin intereses (quién fuera líder charro).

No tendría nada de malo si se nos dijera con claridad y se nos demostrara con transparencia el propósito de dicho préstamo, pero sospechosamente, los detalles del gigantesco movimiento de dinero han sido clasificados como “información reservada” durante 10 años ¿por qué? ¿Algo que ocultar?

No me preocupo por las respuestas, nunca me las van a dar, en todo caso la justificación sería palabrería barata como la que nos recetan cada vez que somos víctimas de los influyentes ¿somos víctimas? Sí, recordar que se supone que PEMEX es nuestro. Mañana declararán cualquier estupidez en los periódicos y el caso se olvidará, para pasar a disfrutar de ese jugoso tesoro.

Viene a mi memoria la clasificación y reserva de los gastos por los segundos pisos en el Distrito Federal mientras López Obrador fue jefe de gobierno de la capital del país. Nadie sabe, nadie supo.

Y el pasado reciente (que aun sangra), secuestra mi mente cuando recuerdo la famosa “suavicrema”, la Estela de Luz, gastos ofensivos en la cara de todos nosotros que el gobierno de Felipe Calderón tuvo a bien erogar “haiga sido como haiga sido” y ¿dónde está esa lana? Pues en el mismo lugar en donde “quedó la bolita”.

¡Adivinó! Acabo de mencionar 3 ejemplos (entre muchísimos otros) de dispendio más que sospechoso de 3 prominentes miembros de los 3 principales partidos políticos de nuestro querido México.

Como lugar común va Usted a juzgar mis palabras, ni modo, asumo la responsabilidad de las mismas: Si de ocultar gastos se trata, todos los políticos son iguales.

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