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CNN Expansión.
El disparo de la inflación por arriba de 4% en la primera quincena de marzo puso en duda la decisión del Banco de México (Banxico) al bajar su tasa de interés de referencia 50 puntos base a 4% en su último encuentro de política monetaria.

"Desafortunadamente, el recorte de la tasa se dio en un mal momento para el escenario de inflación en el país, sobre todo porque ante condiciones monetarias más relajadas el alza en precios de marzo podría tener un efecto sobre las expectativas y afectar adicionalmente a la inflación del año", consideró el director para América Latina de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño.

En las minutas del banco central dadas a conocer este viernes, uno de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico se manifestó en contra de bajar la tasa, argumentando que si con una tasa de 4.5% la inflación no ha convergido a la meta de 3% +/- un punto porcentual, con una menor tasa es probable que la convergencia resulte aún más difícil de alcanzar.

"Indiscutiblemente la economía mexicana está enfrentando un choque de oferta en el sistema de precios proveniente de algunos bienes agropecuarios, lo cual está impactando a la inflación de marzo", menciona Coutiño.

"Si consideramos únicamente el tema inflacionario, y a la luz de los resultados que hoy se dieron a conocer, resulta difícil pensar que Banxico no actuó de forma un poco prematura", recalcó el economista en jefe de Scotiabank, Mario Correa.

"Es entendible la preocupación que (Banxico) tiene por otros temas, pero en cuanto a la inflación creo que hay que ver mucho los argumentos que expresa el miembro que está en contra de la decisión", expone.

Banamex considera como temporal la naturaleza del reciente repunte inflacionario, pero anticipa que el pico de la inflación general anual para abril será mayor -cercano a 4.3%-.

"A pesar del mayor nivel de la inflación subyacente, la fortaleza del tipo de cambio será un factor determinante para coadyuvar a mantener este indicador en cerca de 3.0% en los próximos meses", precisa en un análisis en el que mantiene su expectativa para fin de año en 3.6%  para la inflación general y 3.3% para la subyacente.

Para el Grupo Financiero Ve por Más, a pesar de la alta inflación observada en la primera quincena de marzo, los mercados no respondieron de manera significativa, la curva de rendimiento a mediano plazo de valores gubernamentales tuvo un incremento de hasta dos puntos base, mientras que el tipo de cambio se apreció 0.43% hasta 12.3635 pesos por dólar.

"Esto se explica debido a que, en la conferencia que siguió al anuncio de política monetaria y en presentaciones anteriores, el gobernador de la institución, Agustín Carstens, mencionó que podrían observarse presiones al alza en el corto plazo, las cuales no alterarían la evolución de los precios y la convergencia de mediano plazo hacia la meta", expone en un análisis.

Mientras las presiones en precios se observen en el indicador no subyacente, no prevemos que los mercados respondan de manera significativa, dado que el consenso descuenta una pausa monetaria en todo 2013, subraya.

Coutiño añade que bajo condiciones monetarias normales, un choque de oferta no produce inflación sino solo un cambio de precios relativos. Es decir, el alza de precios al inicio tiende a ser contrarrestada por la baja de precios más adelante.

Desafortunadamente las condiciones monetarias en el país no son normales, ya que la política monetaria se hizo más laxa con el recorte de tasas en marzo, por lo que el sistema de precios enfrenta condiciones favorable para la expansión de los efectos de un choque de oferta.

"Lo que preocupa es que aún descontando el efecto transitorio del choque agropecuario en marzo, la inflación subyacente ya marca una tendencia al alza, lo cual puede indicar la existencia de ciertas presiones de demanda o bien el inicio de una incipiente contaminación de precios que no sería sorpresivo dadas las condiciones monetarias más relajadas en el país", expone.

Advierte que si bien es lógico esperar que la inflación general puede regresar a menores tasas hacia finales del año, también lo es la probabilidad de una contaminación de precios y de deterioro de expectativas puede aumentar ante condiciones monetarias más relajadas.

Si esto sucede, daría evidencia de que efectivamente la única manera en que un choque de oferta produce contaminación es ante una situación de condiciones monetarias expansivas. Así, una persistente mayor inflación a lo largo del año también indicaría que el relajamiento monetario de marzo no fue precisamente una decisión en la dirección correcta.
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