Alejandro Toral
 

Pemex se desangrará con China

 
Tras el sexenio de Felipe Calderón, las relaciones bilaterales México – China tuvieron un estancamiento, esto provocó que las exportaciones de México a ese país sumaran 5 mil mdd, mientras que las importaciones llegaran a los 51 mil mdd; un déficit casi insuperable para la economía mexicana, sobre todo porque los productos que le vendemos a los asiáticos son materias primas y metales de poco valor. Ante este panorama, Peña Nieto viajó hacia China con el fin de impulsar la economía y comercio bilaterales.

Peña Nieto viajó en compañía de Emilio Lozoya, director general de Pemex, para acordar la cooperación tecnológica con empresas locales en la explotación y exploración de yacimientos, además de aumentar la venta de mil 600 a 30 mil barriles diarios de petróleo mexicano a la firma estatal china: Sinopec… ¿Quién es Sinopec?

Sinopec, con alrededor de 15 años de vida, está en el top 10 de las mejores empresas según Forbes, tiene contratos con Exxon, Total y Saudi Aramco. Está presente en Europa, Medio Oriente y principalmente en África; posee acciones en empresas de hidrocarburos en Canadá y Brasil. Resultando que en 2012 se contabilizaran 184 mil mdd en capital e ingresos por 11.7 billones de dólares. Si dejamos de lado la estratégica expansión mundial y comparamos estos números con Pemex, la paraestatal mexicana queda mal parada, ya que solo posee 26.1 mil mdd en activos, con ingresos de 390 mdd en el mismo periodo.

En mi opinión, no estoy de acuerdo en estar vendiendo petróleo crudo como si fuera bazar mientras que los demás nos lo regresan refinado; por esto, México debería urgentemente enfocarse en la modernización de Pemex bajo una estrategia de inversión nacional, sin ayuda de las superpotencias que solo buscan su propio beneficio. Así cuando los hidrocarburos mexicanos sean competitivos, podremos competir libremente y colaborar equitativamente con las grandes como Sinopec u otras multinacionales.

Peña Nieto fue a China para hacer felices a los inversionistas sedientos de hidrocarburos, prometiendo, como si fuera campaña, de un todavía irreal crecimiento del 6% anual; a cambio de recibir 1,124 mdd por los 90 mil barriles mensuales de petróleo, dinero que desearía inferir que irán al desarrollo de la industria, sin embargo la experiencia me guía que será a la “caja chica” de presidencia y del sindicato, para sus lujos y para tapar hoyos en la economía mexicana, sí, así como en el siglo XX.  

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