Entrecerrar los ojos ayuda a dirigir los rayos y enfocar la imagen.
En la acción de entrecerrar los ojos, los músculos de las mejillas y las cejas permiten bloquear parte de la luz, de modo que la imagen se vea más oscura, pero lo que queda de luz entra por los ángulos más llanos.
El ojo no necesita "doblar" estos rayos tanto para llevarlos al lugar en la retina, así que la imagen queda enfocada.
Usted puede explotar este efecto para hacerse un par de anteojos de lectura si abre unos pequeños agujeros en un pedazo de cartón y mira a través de ellos.
Vía: BBC Mundo.