Aunque tenga que decirse lo obvio, es muy necesario en estas épocas tan perversas: AMLO es el presidente del partido político Morena. Sin sus órdenes nadie se mueve. Ni la hoja de un árbol tiene autorización de caerse si el caudillo de Macuspana no lo decide.
Los miembros de ese partido, mismos que le deben puestos y sueldos y los que supuestamente por obligación le pasan una parte de su salario para ‘la causa’, no se atreverían a tomar postura alguna respecto a los acontecimientos del país en tanto que él no de la orden.
Y por eso, la responsabilidad directa sobre la gravísima falta de respeto hacia las Fuerzas Armadas de México y hacia los mexicanos, de no haber guardado el minuto de silencio por los efectivos que murieron en la cobarde emboscada de la que fueron víctimas en Culiacán, es de Andrés Manuel López Obrador.
Ese es su tamaño y el de quienes lo siguen, esa es la despreciable actitud de un señor que dice querer ser presidente de México.
Ha llegado demasiado lejos y se ha atrevido no sólo a ordenar a su bancada que fuera protagonista del desprecio contra lo mejor que tenemos, nuestros soldados, sino que también al momento en que escribo estas líneas (7 de octubre), ni siquiera se ha tomado la molestia de pronunciarse sobre los terribles hechos.
Y mire que eso de la diarrea verbal a él se le da muy natural.
Registrado.
email: jorgediaz@live.co.uk
Twitter: @adejorge
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Google+: http://gplus.to/JorgeDiazElizondo
Sitio web: http://goo.gl/KSWHW
Blog: http://www.lasanadistancia.com/
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Y por eso, la responsabilidad directa sobre la gravísima falta de respeto hacia las Fuerzas Armadas de México y hacia los mexicanos, de no haber guardado el minuto de silencio por los efectivos que murieron en la cobarde emboscada de la que fueron víctimas en Culiacán, es de Andrés Manuel López Obrador.
Ese es su tamaño y el de quienes lo siguen, esa es la despreciable actitud de un señor que dice querer ser presidente de México.
Ha llegado demasiado lejos y se ha atrevido no sólo a ordenar a su bancada que fuera protagonista del desprecio contra lo mejor que tenemos, nuestros soldados, sino que también al momento en que escribo estas líneas (7 de octubre), ni siquiera se ha tomado la molestia de pronunciarse sobre los terribles hechos.
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