Ni en el Nobel se ponen de acuerdo
Es ridículo el ambiente que se vive en el mundo. A primeras horas de la mañana del jueves, la noticia había recorrido todos los rincones del planeta: El Premio Nobel de Literatura 2016, es para Bob Dylan.

Primero, aparecieron los expertos, esos que en su vida han escuchado una canción del autor y medio saben lo que dice la letra y ya se sienten con autoridad para hablar de la vasta obra del artista.

Expresiones muy similares a las que se comentaron durante la muerte de Juan Gabriel, que lo encumbraron sin saber ni siquiera porque estaban diciendo lo que afirmaban, típica actitud del villamelón.

Luego vienen los indignados de todo. Antes, se decía que hasta lo que no comían les hacía daño y, pues eso. Ahora resulta que sacan una larga lista de personajes, de los que, como los primeros, quizá tampoco hayan leído ni medio renglón, que ellos creen merecían más el premio que el ganador de este año.

Tan sencillo sería que entendieran que sólo hay un premio y, por lo tanto, un solo ganador por año.

Pero el problema, a mi entender, es el signo de los tiempos: la rabia, el dar la contraria, el regalar odio, el fastidiar por fastidiar.

Tanto, que ni en el Nobel se ponen de acuerdo.

¡Ah! Benditas redes sociales.

email: jorgediaz@live.co.uk
Twitter: @adejorge
Facebook: http://goo.gl/Q4w6D2
Google+: http://gplus.to/JorgeDiazElizondo
Sitio web: http://goo.gl/KSWHW
Blog: http://www.lasanadistancia.com/
Artículo Anterior Artículo Siguiente