De los siete, cuatro de los presuntos delincuentes fueron detenidos en México, mientras que otros dos fueron capturados en EEUU y uno más se encuentra prófugo.
La procuradora de justicia de EEUU, Loretta Lynch, agradeció la colaboración con México para dar con los responsables de ese delito.
Los detenidos en México son: Efraín Granados Corona, alias “Chavito” o “Cepillo”, de 41 años; Alan Romero Granados, alias “El Flaco”, de 24 años; Pedro Rojas Romero, de 37; y Emilio Rojas Romero, de 34.
Mientras que Raúl Romero Granados, alias “Chicarcas” o “El Negro”, de 32 años de edad; e Isaac Lomelí Rivera, alias “Giro”, de 34 años de edad, fueron arrestados en Estados Unidos; Juan Romero Granados, alias “Chegoya” o “El Güero”, aún está prófugo.
El modus operandi era involucrarse con las víctimas en su mayoría mejores de edad, en una relación sentimental para luego aislarla de su familia.
Después, los tratantes las obligarían a prostituirse en México, con frecuencia en el barrio conocido como La Merced en la Ciudad de México, y obligaban a las mujeres a ver a los clientes por los menos 20 y 40 clientes al día.
Luego de que una mujer hubiera trabajado en la prostitución en México por algún tiempo, los tratantes arreglarían que fuera llevada ilegalmente a Estados Unidos.
Una vez en Estados Unidos, los miembros de la banda mantenían a sus víctimas en uno o varios departamentos de Nueva York. "Con frecuencia se les prohibía que se comunicaran con las otras mujeres que vivían en el mismo departamento".
Ya en el país vecino, los tratantes seguirían ejerciendo violencia física y sexual, amenazas, mentiras y presiones para forzarlas a trabajar como prostitutas. Por lo general cada cliente pagaba entre 30 o 35 dólares por 15 minutos de sexo.
Vía: MVS.