El Brexit, las Farc, Trump y ¿Amlo?
En la noche de ayer se vivió el mayor temor que se haya registrado en una elección en la primera potencial mundial económica, política y social. Los celulares no dejaban de sonar, los grupos de whatsapp informaban cada segundo los resultados del conteo de votos en los colegios electorales en los Estados Unidos. Los mercados asiáticos caían en picada, los futuros del Dow Jones perdían más de 500 puntos, el dólar alcanzaba su máximo histórico en México, arriba de los 21 pesos. Se reportó la caída de la página web del área de inmigración de Canadá. El mundo especulaba en todos los mercados, se vivió una crisis similar, o peor, a la registrada el 11 de septiembre cuando se dieron los ataques terroristas.

En el cuartel de Hillary Clinton se veían las caras de incredulidad frente a lo que sus ojos estaban presenciando. En el war room de Donald Trump se sentía la algarabía, el sabor de triunfo. Para el mundo, literal, se registraba un martes negro por los resultados de las elecciones en los Estados Unidos. En Los Pinos, el Presidente Enrique Peña Nieto convocaba a una reunión de gabinete urgente para analizar la situación.

De último momento, en un hecho histórico, el periódico The New York Times cambiaba su postura y preveía, por primera vez, la posible Presidencia del candidato republicano. No fue suficiente el llamado de diversos actores de Hollywood, y estrellas como Madonna y Lady Gaga para votar por Hillary Clinton. “No importa lo que pase, el sol saldrá mañana,” se leía como mensaje del Presidente Barack Obama hacia los estadounidenses.



El Brexit, las Farc, Trump y ¿Amlo?
Foto: Redstate
Mientras tanto en nuestro país, los actores políticos guardaban silencio. Excepto Andrés Manuel López Obrador, quien a las nueve de la noche, antes de conocerse los resultados, transmitía un mensaje, a través de su cuenta de Twitter, dirigido a todos los mexicanos. En primer lugar, a los trabajadores migrantes, a sus familiares, a todo el pueblo de México, incluyendo a empresarios, a inversionistas de nuestro país. “No hay motivo de preocupación, con el resultado de las elecciones en Estados Unidos. No hay que olvidar que México, por el esfuerzo y el sacrificio, de los padres de nuestra Patria, es un país libre, independiente, soberano. No es una colonia, no es un protectorado, no depende de ningún gobierno extranjero,” señalaba el tabasqueño. Reiteraba que haría valer los principios de soberanía e independencia, frente a quien quedara de Presidente en los Estados Unidos.

A través de las redes sociales, el nombre de Luis Videgaray empezó a ser tendencia nacional. Diversos memes lo llamaban de nuevo a la escena política nacional, al haber “previsto” el posible triunfo de Donald Trump. La gente se cuestionaba si había sido positivo o negativo el haber invitado al candidato a Los Pinos. Pareciera como si Videgaray hubiera previsto el futuro, y sus predicciones superaran a todas las casas encuestadoras de México y los Estados Unidos.

Se observaron dos ingredientes políticos importantes en la elección de los Estados Unidos, que también se pudieron observar en la elección del Brexit y el voto en Colombia con respecto a las FARC: el primero, el factor sorpresa que existe detrás de un voto “oculto” antisistema. Ese voto de gente que está harta de los mismo, de los actores de la élite y que no están dispuestos a dar marcha atrás para darle continuidad al régimen. Quieren un cambio, y un cambio profundo a la voz de ya.

Segundo, hoy cualquier encuesta no es representativa de los resultados de cualquier elección. El factor “sorpresa” es real, y puede suceder en cualquier parte del mundo. Algunos piensan que esto fortalece la candidatura de Andrés Manuel López Obrador en el 2018 para México.

Sin embargo, me remonto a las enseñanzas de un libro y una de mis teorías políticas favoritas. El primero, “La Granja de los Animales” de George Orwell, y la segunda, la famosa teoría de circulación de las élites de Vilfredo Pareto. Ambos enseñan que no importan quién o quiénes lleguen al poder, al final de cuentas será una pequeña élite que suplantará a la anterior, prometiendo un cambio radical. Sin embargo, con el tiempo, se convertirán en los mismos que suplantaron, en la misma élite que subyugará de nueva cuenta a las masas.

El triunfo de Donald Trump, el del Brexit, el de las FARC en Colombia, y quien triunfe en las elecciones de 2018 en México, supone solamente un cambio de élites, que poco podrán hacer para atender la exigencia de cambio que existe dentro de la población mundial. En los Estados Unidos, al tiempo.

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