El desafío es de todos

"Si realmente deseas la paz, prepárate para la guerra"

Cualquier resultado se puede esperar de la elección presidencial del próximo martes en Estados Unidos. Independientemente del ganador, México tendrá uno de sus mayores retos por los cambios previsibles en la relación bilateral. La amenaza más evidente viene del candidato republicano, Donald Trump, quien ha construido su proyecto político con una narrativa nacionalista que le ha llevado a extremar su postura contra México y los migrantes. El éxito de su propuesta, gane o no, dice mucho del momento que vive un sector importante de la sociedad estadunidense.

El temor a Trump ha llevado a pensar en México que la candidata del partido demócrata Hillary Clinton es lo mejor que puede suceder. En cierto sentido es verdad, pero no del todo. Sin duda la presidencia de William Clinton fue un episodio muy positivo de la relación entre las dos naciones y sus respectivos gobiernos; sin embargo, para los demócratas, recuperar a la clase trabajadora blanca estadunidense requiere apropiarse de sus preocupaciones y exigencias que, algunas, no necesariamente obedecen a un razonamiento lógico. Esto significa un cambio en la agenda económica y migratoria. No está por demás señalar que ha sido en el gobierno del presidente Obama cuando más se han incrementado las deportaciones, aunque también, justo es reconocerlo, ha tenido un planteamiento para ampliar los derechos de los migrantes y sus hijos.

La candidata Clinton ha sido frontal en el tema de la crisis a los derechos humanos en México, lo que conlleva un implícito rechazo a lo que el gobierno ha realizado desde hace tiempo para enfrentar al crimen organizado. En México tenemos una perspectiva positiva y de reconocimiento a las fuerzas armadas por su actuación en el auxilio de las autoridades civiles para enfrentar a los delincuentes y la inseguridad. En el exterior y, en particular en EU, es estándar el rechazo a que los militares realicen actividades que corresponden a los mandos civiles.

De modo que si resulta triunfador uno y otro de los candidatos, los temas de mayor preocupación hacia el futuro están en materia comercial, migratoria y de derechos humanos. La postura de los candidatos no puede tomarse a la ligera asumiendo que cambiarán de opinión ya en el poder. Desde ahora deben preverse las acciones y los nuevos términos de la relación bilateral para actuar con eficacia.

Ciertamente, es un hecho indiscutible el aporte de los migrantes mexicanos y latinoamericanos a la economía estadunidense en las últimas décadas. Sin embargo, la sociedad del vecino país del norte vive un acelerado proceso de cambio, para algunos traumático, con la integración de los hispanos y su cultura en tiempos en los que la economía mundial se contrae por largos periodos y los empleos se trasladan a regiones más propicias para las empresas.

México debe prepararse para lidiar frente al nuevo modelo político y económico que están planteando no solo para ganar votos sino, cada quien a su estilo, para ofertar una ruta a los estadunidenses, el candidato republicano y la candidata demócrata. No es un tema de autoridades, sino de todos. El gobierno deberá descansar menos en la confianza de lo que puede obtener de su contraparte; y debe actuar de manera más decidida ante los órganos multilaterales vinculados a los derechos humanos y al comercio, así como con los organismos financieros. El país debe aproximarse más a las naciones centroamericanas, particularmente las que tienen más migrantes y exportan más a EU. Desde hace tiempo México ha sido omiso ante ellas, urge el entendimiento para superar las diferencias o los desencuentros.

El mayor esfuerzo deberá dirigirse hacia adentro. Son dos las prioridades: economía y política. En lo primero, debe asumirse la promoción de la inversión privada nacional y extranjera con un criterio de interés nacional. Las empresas que invierten en el país deberán entender que no están solas y que su presencia y expansión está respaldada decididamente en los términos que determinen las leyes. En especial será de utilidad un diagnóstico del sector exportador e importador para así tener perspectiva de fortalezas y debilidades, así como las oportunidades frente a otros mercados.

En política interna es importante que todos los partidos y la representación parlamentaria asuman la necesidad de mantener un frente unido en materia de política exterior. Las diferencias son válidas, necesarias e inevitables, particularmente ante la proximidad del proceso sucesorio; sin embargo, es preciso que en política exterior se presente un frente unido, y que el presidente Peña Nieto como jefe de Estado cuente con el respaldo de la pluralidad para negociar y acordar desde una postura de fortaleza por la unidad que hay en el país respecto a la negociación bilateral.

El respaldo de la pluralidad no debe ser resultado de una convocatoria convencional o un efecto inspirado en el patriotismo o la buena disposición. Esto no existe en la política y menos en tiempos electorales. Tiene que ser producto de una negociación y un acuerdo que vaya más allá del tema bilateral. Es necesario cerrar filas y dar espacio a la democracia, los derechos humanos, las libertades y al mercado, como bases del México de mañana. Todas las fuerzas políticas pueden coincidir en un terreno común que ofrezca garantías y certeza no solo a quienes suscriben, sino al conjunto de los mexicanos. Es necesario repensar sobre la necesidad de un pacto nacional.

La adversidad obliga a una perspectiva de largo alcance y de claridad sobre el presente. México no es una país en construcción, pero ha perdido mucho a lo largo de su historia por la incapacidad de entenderse a sí mismo y entender al mundo y a sus vecinos. Uno de los factores que más han incidido es la división y la cortedad de sus personajes en momentos críticos. La historia toca a las puertas a esta generación. Cierto es que hay muchos temas que nos dividen, llevan a la desconfianza y a un sentimiento de agravio por mucho de lo que ocurre en la política; sin embargo, no podemos reeditar los errores pasados.

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Esta columna es publicada con la autorización expresa de su autor. 

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