Asamblea CDMX, una probadita
Nada más basta con ver el vulgar espectáculo que están dando los diputados de Morena, partido propiedad de López Obrador, para darnos cuenta de lo que nos espera de llegar éste a la presidencia de México.


Usted sabe, no se haga. Que el odio no lo lleve a llevar odio a la Silla del Águila porque se va a arrepentir y sus hijos se lo van a reclamar ¿necesitamos un cambio? por supuesto ¿necesitamos acabar con la corrupción y la impunidad? desde luego, pero no así, ni en ese rumbo. Mucho menos, cuando lobos vestidos de oveja son los que pregonan ese cambio.

Queda demostrado, una vez más, la personalidad del caudillo de Morena reflejado en sus huestes capitalinas: cuando los argumentos se acaban o no les alcanzan, arrebatan. Si el de enfrente se defiende de tal arrebato, agreden físicamente. Si el de enfrente se defiende de la agresión gritan ¡represión!

No sé cómo entienda AMLO la no agresión de la que se ufana en uno de sus millones de spots ilegales. Pero la violencia no debe ser interpretada nada más como acciones donde el puño termina en el ojo o el hígado del contrincante; aunque ese tipo de violencia también se ha dado por parte de los fieles al dos veces perdedor, pero también la de toma de tribunas, la toma de Reforma, la toma de pozos petroleros, la mentira; entre muchos otros, son una manifestación de violencia que quizá lastime más.

Dicen las encuestas que vamos derechito a darle el poder a esta pandilla… ¿ya preparó maletas?

Twitter: @adejorge


Artículo Anterior Artículo Siguiente