No estoy aquí para pedir asilo político”, sino “para poder reaccionar con libertad y seguridad”, aseguró Puigdemont en Bruselas, cuatro días después de una proclamación de independencia que acabó siendo meramente simbólica.
A partir de mañana él y trece miembros de su gobierno están citados a declarar como investigados en la Audiencia Nacional de Madrid, que aceptó una querella de la fiscalía por rebelión y sedición, delitos penados con hasta 30 y 15 años de cárcel respectivamente.
Ese tribunal también les exige en el plazo de tres días una fianza de 6.2 millones de euros que, en caso de no ser abonados, serán embargados de sus bienes.
El independentista afirmó que su viaje a Bélgica no busca escapar de “la acción judicial”.
Pero también advirtió que no volvería a España hasta que no pueda tener un proceso judicial con garantías de imparcialidad, por lo que es una incógnita si acudirá a la citación.
Puigdemont “no está en Bélgica por invitación ni por iniciativa del gobierno belga”, precisó el primer ministro de Bélgica, Charles Michel. “Será tratado como cualquier ciudadano europeo”, con “los mismos derechos y deberes, ni más ni menos”, aseguró.
Marchándose de la región días después de proclamar la nueva república, Puigdemont cedió sin resistencia la administración regional al gobierno español de Mariano Rajoy, que el viernes destituyó a su Ejecutivo y adoptó medidas para tomar el control de Cataluña.
Autodenominándose “Presidente legítimo de Cataluña”, sostuvo que puso freno para evitar males mayores en su choque con el poder central, incluso violencia en una sociedad polarizada.
No se puede construir la república de todos desde la violencia”, dijo. “Si esta actitud tiene como precio ralentizar el despliegue de la república, se tiene que considerar que es un precio razonable”.
De hecho, la declaración de independencia fue suspendida cautelarmente por el Tribunal Constitucional y ni siquiera fue publicada en el diario oficial del gobierno catalán.
Y la anunciada resistencia de los funcionarios catalanes ante Madrid tampoco se concretó.
La batalla política se desplaza ahora al 21 de diciembre, la fecha designada por el gobierno español para celebrar unas nuevas elecciones regionales.
Las elecciones del 21 son un reto que tomamos con todas nuestras fuerzas”, dijo Puigdemont.
Vía: Excélsior.