El problema de AMLO no es que se comporte como si ya estuviera despachando desde Los Pinos.
El problema no es que ofrezca soluciones mágicas sin conocimiento alguno de la complejidad de los asuntos que tiene México.
El problema no es que esté anclado en una visión del pasado, ignorando lo que ahora tenemos y hacia dónde vamos. Sobre todo, desconociendo por completo hacia dónde quieren ir los jóvenes mexicanos.
El problema no es que diga que su sola presencia santificará a los corruptos que lo rodean.
El problema no es que defienda a los criminales (de la delincuencia organizada y los del magisterio) y ataque y promueva el ataque a las instituciones de seguridad (Ejercito, Marina, etc) por parte de sus muy ávidas pandillas que lo secundan.
El problema de AMLO no es la edad (65 ¡ouch!), ni el infarto que desde el punto de vista médico lo inhabilita para un cargo como el que ambiciona desesperadamente desde hace muchos años.
El problema de AMLO no es que diga que la exhibición de las prácticas para hacerse de dinero de quienes le rodean (Bejarano, PT, Delfina, Eva Cadena, etc), es un ataque político.
El problema es que… todavía hay quien le cree.
Twitter: @adejorge
El problema no es que esté anclado en una visión del pasado, ignorando lo que ahora tenemos y hacia dónde vamos. Sobre todo, desconociendo por completo hacia dónde quieren ir los jóvenes mexicanos.
El problema no es que diga que su sola presencia santificará a los corruptos que lo rodean.
El problema no es que defienda a los criminales (de la delincuencia organizada y los del magisterio) y ataque y promueva el ataque a las instituciones de seguridad (Ejercito, Marina, etc) por parte de sus muy ávidas pandillas que lo secundan.
El problema de AMLO no es la edad (65 ¡ouch!), ni el infarto que desde el punto de vista médico lo inhabilita para un cargo como el que ambiciona desesperadamente desde hace muchos años.
El problema de AMLO no es que diga que la exhibición de las prácticas para hacerse de dinero de quienes le rodean (Bejarano, PT, Delfina, Eva Cadena, etc), es un ataque político.
El problema es que… todavía hay quien le cree.
Twitter: @adejorge