AMLO, reculando
Parece que ya se van dando cuenta que no son ellos los únicos que reaccionan ferozmente ante cualquier cosa se que se haga o se diga. Si bien el pasmo de muchos de los mexicanos que están en contra de López Obrador es desesperante en tiempos normales, en los electorales todo mundo está y estará atento para contener esa diarrea verbal e inestabilidad emocional que es cada vez más evidente en el sesentón ese que pretende ser presidente de México.


En menos de 24 horas el macuspano tuvo que recular en su intento de imponer a Vallejo para competir por la alcaldía de Morelia bajo las siglas del partido de su propiedad.

Todo México frunció el ceño, cada vez menos nos tragamos sus patrañas. Se alzó la voz, sus peje-zombis callaron (como era de esperarse, no tienen ni un gramo de valentía para cuestionar los dislates de su líder) y como resultado, el cabecita blanca apareció diciendo que nomás no iba a dejar que Vallejo los abanderada en Michoacán.

Pues cómo no, si él es el dueño de su franquicia y pone y quita a discreción, rápido metió la cola entre las patas y le mandó decir al michoacano que se guarde para mejor ocasión. Con las consabidas palabrejas que acompañan su rancio discurso, pero, a fin de cuentas, le dio miedo la vigilancia que, desde el inicio de este año, los mexicanos pondremos a todo lo que pretenda hacer; sobre todo, a esa ocurrencia criminal de perdonar a delincuentes, que ni lo sueñe.

Que se vaya acostumbrado, el puede hacer y deshacer en su muy pequeño universo llamado Morena, pero cuando se trata de amenazar el futuro de millones de mexicanos, la cosa no se le va a poner fácil.

Ya tuvo dos muestras claras en las que comprobó que con nosotros no se juega: 2006 y 2012.

Twitter: @adejorge


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