Antes que nada, deseo a todos un feliz y próspero año nuevo. Quizá durante el periodo de las fiestas decembrinas Usted tuvo a bien desconectarse de las redes sociales y los periódicos, si así fue, lo felicito. Estoy seguro de que comprobó que hay vida fuera de esa locura.
Pero si fue uno de los que, como yo, mantuvo un ojo al gato y otro al garabato, se dio cuenta de una que otra declaración de los aspirantes a ser presidentes de México. Si no, le cuento.
Resulta que, ante las declaraciones u ocurrencias del supuesto líder en las encuestas, López Obrador, sus rivales políticos del PRI reaccionaban y daban sus puntos de vista sobre los diversos temas que el tabasqueño plantea con singular irresponsabilidad. La insistencia en el perdón a los criminales (qué cinismo), el echar abajo la Reforma Educativa por su muy conocida alianza con Elba Esther Gordillo y los gorilas de la CNTE, y otras.
Lógico que entre los que se supone que van perdiendo, critiquen y contrasten sus posturas contra las del ‘puntero’, necesitan acercarse. Hasta ahí, todo normal.
Pero lo que sorprende es que AMLO responde en su muy encolerizado estilo a toda critica que viene de los competidores ubicados en ¡el tercer lugar!
Furioso, regresa a los insultos contra Nuño y Meade, ahora les llama ‘ñoños’; ya sabe, finísima persona. Insidioso, siembra la duda sobre un posible reemplazo del candidato del PRI porque, según él, ‘no levanta en las encuestas’. Rabioso, vuelve a lo del ‘compló’ y aquello de que la ‘mafia del poder’ está fraguando un gran fraude ¿pues no que va ganando?
Y no le sorprenda que, en los días por venir, misógino, arremeta contra Juana, la esposa del candidato priista.
¿Por qué? Si se supone que él mismo ha declarado estar arriba en todas las encuestas ¿qué le preocupa lo que digan los coleros? ¿Cuál es el miedo? ¿Dónde están los estrategas?
Hasta en un partido de futbol de muy bajo nivel, el equipo que lleva una ventaja holgada no se deja llevar por las provocaciones del contrario. Si lo hace sabe que puede cometer un error que lo puede llevar a una expulsión de alguno de sus jugadores o a que el marcador se apriete.
¿Está tendiendo la cama porque la información que él y su séquito tienen es una muy distinta a la que se nos da a conocer? o ¿quiere dinamitar su ventaja para perpetuarse en la muy cómoda posición de opositor sin ninguna responsabilidad?
En ningún caso es recomendable engancharse con un rival casi derrotado, en un descuido le pueden conectar en la quijada y se va directo a la lona.
AMLO sabe que va a perder y lo hará por méritos propios.
Twitter: @adejorge
Pero si fue uno de los que, como yo, mantuvo un ojo al gato y otro al garabato, se dio cuenta de una que otra declaración de los aspirantes a ser presidentes de México. Si no, le cuento.
Resulta que, ante las declaraciones u ocurrencias del supuesto líder en las encuestas, López Obrador, sus rivales políticos del PRI reaccionaban y daban sus puntos de vista sobre los diversos temas que el tabasqueño plantea con singular irresponsabilidad. La insistencia en el perdón a los criminales (qué cinismo), el echar abajo la Reforma Educativa por su muy conocida alianza con Elba Esther Gordillo y los gorilas de la CNTE, y otras.
Lógico que entre los que se supone que van perdiendo, critiquen y contrasten sus posturas contra las del ‘puntero’, necesitan acercarse. Hasta ahí, todo normal.
Pero lo que sorprende es que AMLO responde en su muy encolerizado estilo a toda critica que viene de los competidores ubicados en ¡el tercer lugar!
Furioso, regresa a los insultos contra Nuño y Meade, ahora les llama ‘ñoños’; ya sabe, finísima persona. Insidioso, siembra la duda sobre un posible reemplazo del candidato del PRI porque, según él, ‘no levanta en las encuestas’. Rabioso, vuelve a lo del ‘compló’ y aquello de que la ‘mafia del poder’ está fraguando un gran fraude ¿pues no que va ganando?
Y no le sorprenda que, en los días por venir, misógino, arremeta contra Juana, la esposa del candidato priista.
¿Por qué? Si se supone que él mismo ha declarado estar arriba en todas las encuestas ¿qué le preocupa lo que digan los coleros? ¿Cuál es el miedo? ¿Dónde están los estrategas?
Hasta en un partido de futbol de muy bajo nivel, el equipo que lleva una ventaja holgada no se deja llevar por las provocaciones del contrario. Si lo hace sabe que puede cometer un error que lo puede llevar a una expulsión de alguno de sus jugadores o a que el marcador se apriete.
¿Está tendiendo la cama porque la información que él y su séquito tienen es una muy distinta a la que se nos da a conocer? o ¿quiere dinamitar su ventaja para perpetuarse en la muy cómoda posición de opositor sin ninguna responsabilidad?
En ningún caso es recomendable engancharse con un rival casi derrotado, en un descuido le pueden conectar en la quijada y se va directo a la lona.
AMLO sabe que va a perder y lo hará por méritos propios.
Twitter: @adejorge