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Pero yo siempre me he pregunta ¿y qué hay con las lágrimas de los cocodrilos? Sí, todas esas fascinantes criaturas que datan de períodos increíblemente lejanos. Animales que han sido testigos mudos de los cambios más impactantes en la tierra y que, entre otras cosas, han dado paso a la aparición de nuestra especie: el ser humano.
Por supuesto que no nos vamos a poner aquí a discutir sobre si los cocodrilos lloran o no, el punto es que, efectivamente, esta especie prehistórica ha sufrido muchísimo a lo largo de su existencia. Lo peor de todo, es que, en el pasado reciente, han sufrido más por la acción de nosotros mismos.
Sin darnos cuenta hemos destruido sus hábitats, contaminado sus ríos y lagunas, cazado inmisericordemente y una larga fila de etcéteras.
Para colmo, esto no es privativo de otras partes del mundo, aquí mismo, en México, hemos hecho mucho daño a estos animales.
Pero, afortunadamente, los últimos años, los mexicanos nos hemos concientizado sobre la importancia de cuidarlos y cuidar su entorno. El mejor ejemplo, es el esfuerzo que está haciendo la huerta Santa Sofia en Veracruz, comunidad de valiosos agricultores que cultivan las naranjas de Jugos del Valle, sí, el jugo que tomas todas las mañanas para llenarte de energía.
¿Qué hacen estos agricultores? Pues nada más y nada menos que, cuidar todos los aspectos que hacen posible su trabajo, para con ello contribuir a mejorar las condiciones de las especias que cohabitan con ello, como, por ejemplo, el cocodrilo ‘Ramón’.
Nuestro amigo, el cocodrilo ‘Ramón’, vive ahora en un ambiente limpio y cuenta con todas las condiciones para conservar su larga vida y naturalmente, la reproducción adecuada, gracias al alto nivel de cuidado que los habitantes de dicha comunidad tienen para que todos sean felices.
Por eso, gracias a la extraordinaria labor de esta cadena de bienestar, no veremos más ‘lágrimas de cocodrilo’.