¡Que venga la guerra sucia!
Más somníferas que las (pre) campañas por la presidencia de México, ni el más potente de los medicamentos. Como ya todos los mexicanos sabemos que a los políticos no se les dan las ideas serias, profesionales y novedosas para sacarnos de la miseria en la que vivimos, por lo menos queremos show.


Es imposible esperar que salga una palabra bien pronunciada por el puntero en las encuestas, su dificultad por graduarse (y eso está por verse) y tantos años sin trabajar, suponen un anquilosamiento cerebral por el que ya no se le puede pedir más.

En cuanto a Meade, durmiendo el sueño de los justos. No hay nadie ahí que le diga que despierte a sus bases y a los votantes apartidistas para que empiece la fiesta.

Qué decir de Anaya, ni sus luces. Será que poquito antes de lanzarse a la (pre) campaña, le enseñaron algunos documentos que lo involucran en algo gordo (no sería extraño) y le pusieron un ‘ahí estate’, porque según muchos iba a ser la revelación de este año y nada.

Y el burro que anda montado en una mula, me refiero al ‘bronco’, antes de empezar el festín se le estará aguando su participación: una, porque al referirse a su mujer como lo hizo, los mexicanos ya lo estarán descartando y, dos, porque cuando el INE le entre a revisar con lupa las firmas que envió, va a tener que meter la cola entre las patas.

Por eso y en favor de que los mexicanos nos divirtamos y se nos quite un poquito el frío ¡Que venga la guerra sucia!

Twitter: @adejorge


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