Al diablo las instituciones!!
Una vez más los procesos electorales y en particular las campañas y precampañas que les anteceden vuelven a ser motivo de ataque y desgaste para nuestras instituciones. Ya sea por el uso faccioso de ellas del gobierno o por el descrédito y la falta de reconocimiento de ellas por quienes resultan afectados en sus intereses y truncados en sus proyectos.

En estos días ha sido la Procuraduría General de la República a quien le ha tocado ser manipulada, desacreditada y exhibida por el caso de Ricardo Anaya y Manuel Barreiro en la compraventa turbia -ya conocida por todos- de una nave industrial en la ciudad de Querétaro. El caso con bastantes tintes políticos apenas inicia por lo que habrá que esperar el curso de las investigaciones para hacer un juicio sensato y descubrir si esta institución fue manipulada por el gobierno para golpear a un adversario político, o bien, fue desacreditada y exhibida de manera oportunista por quienes en realidad sí cometieron un delito y la aplicación de la ley les afectó sus intereses personales truncando sus proyectos.

El otro caso -más preocupante aún- es el descrédito anticipado que está haciendo Andrés Manuel López Obrador del Instituto Nacional Electoral en caso de no salir victorioso en la jornada electoral del primero de julio. A pesar de la amplia ventaja que lleva en las encuestas, el tabasqueño se vacuna para así crear un clima de incertidumbre y duda de no ser favorable para él el resultado, argumentado qué el INE no garantiza un proceso limpio. Inoculando esa percepción entre los millones de ciudadanos que simpatizan con su movimiento lo cual desgasta a la Institución y crispa el ambiente. Agregue usted a eso la tentación de quien ostenta el poder -en este momento- para influir en las decisiones de quienes dirigen al Instituto que se supone es autónomo; las presiones son muchas sin lugar a dudas.

La Secretaría de Desarrollo Social y la SEDATU no se han escapado a este descrédito oportunista o manejo faccioso -aún no sabemos cuál de los dos sea el real-. Con el caso de Rosario Robles y el desvío millonario de fondos, caso en el que también se mantienen los tintes políticos, pues se trata de involucrar al candidato del PRI José Antonio Meade en esos desvíos dejando en entredicho el correcto funcionamiento de ambas instituciones.

Estamos pues ante un grave riesgo de socavar nuestras instituciones en aras de obtener el poder. Debe reinar la prudencia y ante todo el deseo de preservar algo qué se ha conseguido con mucho esfuerzo y que sin lugar a dudas es lo que le da fortaleza a nuestra tierna democracia: nuestras instituciones!!... la tentación es grande. Al tiempo.

@raullox


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