Aprenden a vivir con el mal de parkinson

El dentista Pascual Zamora tenía 38 años cuando le diagnosticaron parkinson; el primer síntoma se le presentó mientras extraía un molar a uno de sus pacientes.

Cuando maniobraba su instrumental sintió un temblor incontrolable en su pulgar derecho, sensación que fue aumentando junto con la aparición de otros síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa que no es exclusiva de los mayores, pues se estima que 1% de los 16 millones de pacientes en el mundo es menor de 40 años.

“Tenía mi consultorio privado. Gracias a Dios yo tenía bastantes pacientes, pero tuve que abandonarlo porque iba aumentando el temblor”, recordó.

De acuerdo con el doctor Rubén Martínez, neurólogo y especialista en trastornos del movimiento del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, en México se calcula que hay 350 mil personas con parkinson.

“El parkinson es una enfermedad degenerativa, progresiva, que afecta múltiples sistemas. Principalmente el sistema nervioso, el sistema motor y afecta principalmente a adultos mayores, aunque no es exclusivo de ellos, porque jóvenes antes de los 40 también la pueden padecer”, declaró.

El neurólogo indicó que a diferencia de los adultos mayores, en los menores de 40 años se detectan antecedentes familiares de parkinson: en tres de cada diez casos se halló un familiar enfermo.

“Las probabilidades de que haya una causa genética son mayores en este grupo. De ese grupo tres de cada diez pueden tener una causa genética puntual. En cambio los de arriba de 40 años, llega a ser uno de cada diez”.

Perdió el control de sus piernas


Los síntomas que en seguida se presentaron en la vida de Zamora ocurrieron mientras llevaba a cabo actividades tan cotidianas como jugar futbol o escribir.

De repente dejó de tener control sobre sus piernas e incluso llegó a sufrir de micrografía, un síntoma que se manifiesta cuando el paciente elabora una escritura con letra tan pequeña que dificulta su lectura.

Ahora, después de 20 años de haber sido diagnosticado, Pascual Zamora pertenece la Asociación Mexicana de Parkinson (AMPAC), la cual presidió anteriormente y ahora continúa apoyando a otros pacientes. El adulto mayor realiza pinturas y lámparas al interior de la fundación para sus gastos.

La vicepresidenta de AMPAC, Patricia Polo, quien fue diagnosticada a los 53 años, exhortó a los nuevos pacientes a practicar actividades físicas de ejercicio y artísticas, para retrasar el daño degenerativo de la enfermedad.

“Como paciente al principio no lo creía, no aceptaba la enfermedad. Cuando entré a la asociación empecé a ver cómo se puede detener un poquito. Y sí, tengo parkinson, la acepté. Acepto que me acompañe. Ya la hice mi amiga”, dijo.

Vía: Excélsior.


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