El internet, en todos sus posibles usos: La dopamina del siglo XXI
Contar con un dispositivo móvil, y por supuesto acceso a wifi ya es considerado un trastorno emocional que genera un alto grado de ansiedad y estrés.


¿Has notado que en general la gran mayoría de las personas, sin importar sus condiciones particulares, se han vuelto más distraídos de lo normal? Es decir; no logran fijar su concentración en particular por mucho tiempo; por el contrario, se desempeñan aparentemente en varias funciones para acabar haciendo parcialidades de algunas, y en los peores casos, ninguna.

Es más que obvio que cohabitamos con un sinfín de personas que parecen estar pero no están, y todo esto se resume a un solo hecho: Exceso de tecnología la cual prácticamente ha reclutado más usuarios en menos tiempo que seguidores en todas las religiones juntas. La tecnología dicta las formas en cómo nos conducimos en cuanto a nuestro comportamiento, y claro, esto empieza a pasar una alta factura en el potencial de los humanos, lo cual se ha reducido en términos generales, a bajos niveles de productividad, eficiencia y eficacia en las actividades diarias por lo que cumplimos los objetivos que nos hemos trazado.

¿Cuál es la realidad que esconde esta afición desmedida por el uso de la tecnología? La tecnología, más en específico el internet, en todos los usos disponibles, resulta altamente atractivo, pues promete mucho, pero a su vez, de manera simultánea, va reduciendo a las personas a fanáticos de la misma, al grado de hacerlos ignorar una variedad de estímulos que reciben del exterior para dar pauta a que el enfoque, sea uno solo: Usar el internet para informarnos y comunicarnos, usar redes sociales, revisar una conversación en el chat, etc.; hechos que sin duda generan un algo en los individuos, que es como la bebida de cola o cualquier otra droga: una fuerte adicción.

Perder la concentración, hoy en día, es un hecho hasta cierto punto normal si consideramos la sobre-exposición de estímulos que nos atacan en demasía y en todo momento. Nuestro procesador interno aún no ha evolucionado lo suficiente, es decir, el cerebro nos proporciona límites en la concentración.

El internet ha facilitado muchas cosas en nuestras vidas, y entre ellas, se encuentra la factibilidad de encontrar información de todo y estar comunicados con las personas gracias a la alta accesibilidad de poder contar con un dispositivo movil. Nunca antes se había tenido tal grado de conexión entre los individuos. Estos 2 aspectos proporcionan cierto nivel de novedad, la cual puede buscarse o recibirse en cualquier instante.

¿Te has preguntado porqué las personas sin importar, edad, sexo, o condición, viven obsesionadas con estar conectadas vía internet, llámense redes sociales, por chat o video llamadas?, ¿porqué estar lejos del celular, no tener batería, o peor aún, haberlo olvidado en algún lugar resulta más que perturbador?

Bien, dentro de la composición cerebral tenemos al circuito mesolímbico, a quien se le han atribuido todo lo relacionado con lo que se le llama recompensa, éste es quien utiliza a la dopamina para generar conexiones químicas dentro de nuestro cerebro, esta actividad propicia una especie de placer y hace que las personas constantemente busquen activar este mecanismo para continuar experimentando “el goce”.

Esto es lo que pasa en tu cerebro cada vez que revisas tu celular y tienes un nuevo mensaje, notificación, correo, etc., por eso simplemente no puedes dejar pasar esas oportunidades de experimentar una y otra vez pequeñas descargas placenteras, de esta manera nuestra atención se encuentra continuamente secuestrada y cada vez que nos distraemos así es porque estamos más estimulados por la dopamina que viaja en nuestras conexiones del cerebro y quedamos a merced de este círculo vicioso.

El problema no es estar conectados o “estimulados” por la dopamina que nos regala momentos agradables a cada rato, el hecho es que este nivel de desatención esta comenzando a ser un factor de importancia y preocupación en muchas áreas: educativa, organizacional, personal. Lo que se está generando es esta clase de “ceguera por falta de atención”, la cual sin duda está ocasionando múltiples y diversos problemas en el actuar de las personas. Se está subestimando el caos generado por el déficit de atención en la gran mayoría de la población.

¿Has notado tu propia factura por la alta dependencia al internet?, ¿Bajo rendimiento escolar?, ¿ser social en linea pero no serlo con el resto de las personas que te rodean?, ¿inseguridad?, ¿ansiedad?, ¿no completar tus pendientes del día?, ¿accidentes por distraído?, ¿pérdidas de objetos?, ¿problemas con tu pareja?, etc. La lista puede incrementarse…

Recordemos que todo hecho tiene una consecuencia, cuando algo que suponia ser un bien se transforma en algo dañino, deberiamos plantearnos quien deberia tener el control de lo que nos pasa, algo ajeno a nosotros o bien podemos empoderarnos y saber controlar hasta donde permitimos que este tipo de situaciones deterioren la calidad de vida que llevamos.

Querido lector recuerda esto: La vida siempre nos da pequeñas señales de cuando algo esta actuando para mal en nuestro ser, ¿te has detenido a notarlo o sigues esperando a que los efectos de esta exagerada dependencia de la tecnología e hiperconectividad sean de mayor envergadura?.

Si algo o alguien nos domina, nos limita la visión y la atención de lo que es realmente relevante para nosotros y nuestro bienestar, por lo tanto quedaremos al margen y ritmo de cómo nos indiquen que deben ser las cosas. ¿Decides tu o deciden por ti?. Aún creo que podemos servirnos de maravillosas herramientas como el internet sin que esto pase por encima de nuestro propio orden y humanidad.


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