Con el inicio de la Revolución Mexicana en 1910 y posterior la caída del Presidente Porfirio Díaz, el movimiento armado dejo al país un legado histórico y político que tiene dos productos institucionales de gran importancia: la Constitución de 1917 y la fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), ambos vigentes hasta nuestros días.
En el caso de la primera, a pesar de que le dio al Presidente de la República una serie de facultades que incluso, le daban superioridad sobre los demás poderes que en teoría, deberían de ser sus pares, en sus primeros años, no fueron suficientes para apaciguar al país y terminar la lucha armada ¿Qué falló, porque la nueva Constitución no era suficiente para someter a los poderes fácticos de la época?
Después de la Constitución de 1917, las luchas armadas por la “silla del águila” no cesaron, sino hasta 1929, cuando el Jefe Máximo de la Revolución, Don Plutarco Elías Calles, tras la muerte del Presidente Electo, Álvaro Obregón, pronunció un célebre discurso en el que señalaba que era momento de transitar del caudillismo a un país de instituciones.
La joya de esa corona de instituciones fue el PNR, mismo que bajo el mandato del Presidente Cárdenas se transformó en Partido de la Revolución de Mexicana (PRM) y con Miguel Alemán como presidente, cambio a Partido Revolucionario Institucional (PRI), nombre con el que lo conocemos y con el que compite en esta elección de 2018, con el Dr. Meade como candidato presidencial.
A casi 90 años de la fundación del PNR y con el desprestigio que carga a cuestas, estamos lejos de poder apreciarlo como una joya institucional (de su momento), producto del pensamiento político institucional que el genio intelectual de Don Plutarco logró materializar. El PNR de Calles es la joya de la corona de las instituciones de la Revolución Mexica, porque fue el instrumento con el que el Jefe Máximo de la Revolución Mexicana logró pacificar al país, objetivo que no se logró con la Constitución por sí sola, no es poca cosa.
En sus orígenes el PNR aglutinó en su interior a la gran mayoría de los caudillos y caciques revolucionarios y sirvió como espacio para que los diferentes grupos (en lo local y lo nacional), en lugar de que dirimieran sus diferencias a través de las armas, las zanjaran por medio de la negociación política; dicho en otras palabras, el partido sirvió para que el caudillo transitara de un hacedor de la guerra a un hacedor de política.
¿Qué percibió en el ambiente político de la época el Maestro Calles que llegó a la conclusión y tomo la decisión de fundar el PNR? Una posible respuesta a esta interrogante, es que los jefes políticos y militares (como gobernadores o por medio de sus lugartenientes) en los distintos rincones de la geografía nacional, eran un contrapeso real a esa concentración del poder presidencial, pero además, estaba el riesgo latente de que sus inconformidades las procesaran por la vía armada.
Para Calles, el diseño federal de la Constitución de 1917, era el elemento disfuncional que empoderaba a los gobiernos estatales y que limitaba la posibilidad de que el presidente ejerciera todo el poder que le daba la Constitución de 1917; a la vez sin proponerselo, impedía la pacificación del país, y estimulaba a los gobiernos locales a buscar la conquista del poder nacional por medio de la lucha armada.
La solución a esta problemática la dio Calles con la construcción del PNR en un primer momento y concluyó su obra con la prohibición de la reelección legislativa consecutiva en 1933, lo que permitió al Jefe Máximo a través del PNR, concentrar todo el poder, en detrimento de los gobiernos locales, para nombrar candidatos a puestos de elección popular en todo el país y en todos los niveles.
Con el arreglo de Calles, el federalismo constitucional se convirtió en letra muerta y de facto, los gobiernos estatales y algunos municipales quedaron subordinados directamente al presidente de la república; con la transición a la democracia y la nueva independencia de los gobiernos estatales, para que todo funcionara mejor, se debió entregar al ciudadano por primera vez, el control soberano sobre sus gobernantes y legisladores, a través de la revocación del mandato y la reelección consecutiva de los segundos.
En el caso de la primera, a pesar de que le dio al Presidente de la República una serie de facultades que incluso, le daban superioridad sobre los demás poderes que en teoría, deberían de ser sus pares, en sus primeros años, no fueron suficientes para apaciguar al país y terminar la lucha armada ¿Qué falló, porque la nueva Constitución no era suficiente para someter a los poderes fácticos de la época?
Después de la Constitución de 1917, las luchas armadas por la “silla del águila” no cesaron, sino hasta 1929, cuando el Jefe Máximo de la Revolución, Don Plutarco Elías Calles, tras la muerte del Presidente Electo, Álvaro Obregón, pronunció un célebre discurso en el que señalaba que era momento de transitar del caudillismo a un país de instituciones.
La joya de esa corona de instituciones fue el PNR, mismo que bajo el mandato del Presidente Cárdenas se transformó en Partido de la Revolución de Mexicana (PRM) y con Miguel Alemán como presidente, cambio a Partido Revolucionario Institucional (PRI), nombre con el que lo conocemos y con el que compite en esta elección de 2018, con el Dr. Meade como candidato presidencial.
A casi 90 años de la fundación del PNR y con el desprestigio que carga a cuestas, estamos lejos de poder apreciarlo como una joya institucional (de su momento), producto del pensamiento político institucional que el genio intelectual de Don Plutarco logró materializar. El PNR de Calles es la joya de la corona de las instituciones de la Revolución Mexica, porque fue el instrumento con el que el Jefe Máximo de la Revolución Mexicana logró pacificar al país, objetivo que no se logró con la Constitución por sí sola, no es poca cosa.
En sus orígenes el PNR aglutinó en su interior a la gran mayoría de los caudillos y caciques revolucionarios y sirvió como espacio para que los diferentes grupos (en lo local y lo nacional), en lugar de que dirimieran sus diferencias a través de las armas, las zanjaran por medio de la negociación política; dicho en otras palabras, el partido sirvió para que el caudillo transitara de un hacedor de la guerra a un hacedor de política.
¿Qué percibió en el ambiente político de la época el Maestro Calles que llegó a la conclusión y tomo la decisión de fundar el PNR? Una posible respuesta a esta interrogante, es que los jefes políticos y militares (como gobernadores o por medio de sus lugartenientes) en los distintos rincones de la geografía nacional, eran un contrapeso real a esa concentración del poder presidencial, pero además, estaba el riesgo latente de que sus inconformidades las procesaran por la vía armada.
Para Calles, el diseño federal de la Constitución de 1917, era el elemento disfuncional que empoderaba a los gobiernos estatales y que limitaba la posibilidad de que el presidente ejerciera todo el poder que le daba la Constitución de 1917; a la vez sin proponerselo, impedía la pacificación del país, y estimulaba a los gobiernos locales a buscar la conquista del poder nacional por medio de la lucha armada.
La solución a esta problemática la dio Calles con la construcción del PNR en un primer momento y concluyó su obra con la prohibición de la reelección legislativa consecutiva en 1933, lo que permitió al Jefe Máximo a través del PNR, concentrar todo el poder, en detrimento de los gobiernos locales, para nombrar candidatos a puestos de elección popular en todo el país y en todos los niveles.
Con el arreglo de Calles, el federalismo constitucional se convirtió en letra muerta y de facto, los gobiernos estatales y algunos municipales quedaron subordinados directamente al presidente de la república; con la transición a la democracia y la nueva independencia de los gobiernos estatales, para que todo funcionara mejor, se debió entregar al ciudadano por primera vez, el control soberano sobre sus gobernantes y legisladores, a través de la revocación del mandato y la reelección consecutiva de los segundos.
Pero como no se hizo así, todas las instituciones que se construyeron para mejorar al país, se han vuelto inútiles y volvieron a resurgir y se fortalecieron los cacicazgos locales, junto con una nueva generación de soldados, para los nuevos hombres de la guerra ¿Qué hicimos mal? ¿Seguiremos jugando al cuento del federalismo y con la eterna cantaleta del centralismo, o le entramos ya a la construcción de un Estado Unitario? Por cierto hay democracias más antiguas y de mejor calidad que la nuestra, construidas sobre un Estado Unitario. Se puede mejorar el arreglo de Don Plutarco.