Las amenazas pueden ir acompañadas de un muy mal sentido del humor o de francas expresiones de cuidado. Tratan de no personalizar, pero al final, todos saben a quién o quienes se refiere. También suavizan esas amenazas diciendo otra cosa en otro momento por alguno de sus asesores o compañeros de fórmula; sin embargo, las amenazas ahí quedan.
Compare lo dicho por Trump con todo el caos que está ocasionando ya tanto en lo económico como en lo humanitario y verá que es cierto. Mientras tanto, el paraíso no llega, ni llegará.
Y, curiosamente, son las amenazas las únicas que terminan por cumplir. Lo que está haciendo con los niños de los inmigrantes detenidos ya rebasó todos los límites y aunque revierta esa orden mediante un decreto, el daño está hecho y la mancha entre las muchas que ya tenía su persona lo perseguirá por siempre con el repudio del mundo entero, salvo algunos imbéciles que comparten su visión.
El caso de México en estas elecciones y los próximos seis años no será diferente, pero todavía hay tiempo, dicen unos.
Quizás y luego de ver que los únicos que se podían haber puesto de acuerdo desde hace tiempo se siguen peleando absurdamente por el segundo lugar que muy probablemente no los lleve a ninguna parte, surja la conciencia colectiva y el 1 de julio se vote a favor de México y en contra de… ya sabe quién.
Sólo los mexicanos podemos salvar a México.
Twitter: @adejorge