Pues nada que, de incongruencia en incongruencia, se construye el ascenso a la presidencia. Para muestra, dos botones.
Resulta que López Obrador se reunió en privado con los meros, meros miembros de la mafia del poder. Y, ya sea por miedo a los empresarios o miedo a sus bases, no reveló nada de lo que ahí se platicó. No digo que tenga que dar a conocer todo, pero, por lo menos algo que le de claridad a esa reunión y, sobre todo, a lo que pregona siempre: nada de acuerdos en lo oscurito y nada de someterse a los que han saqueado a este país; es decir, ni una concesión a los que él mismo ha llamado minoría rapaz y traficantes de influencias. Su amor por el pueblo bueno quedó relegado para mejor momento. Será que pensaría que su pueblo es menor de edad o idiota que no debe de enterarse de cosas que no va a entender.
Pero después, vino la cereza del pastel. Con el pretexto de que no le prestaban el zócalo para su cierre de campaña, no se les ocurrió un mejor lugar para realizarlos que el Estadio Azteca.
Sí, el nido de las Águilas del América, propiedad de Televisa, los matraqueros o solapadores de la mafia del poder. El monumento a la indecencia.
Ahí se arrodillará, no a su pueblo, sino al poder con el que ha pactado para conseguir su única ambición, el poder.
Me pregunto dónde perdió la dignidad.
Pero lo más cómico, son sus huestes, esos a los que les dicen ‘zombis’. Ni una palabra. No hay dignidad, no hay cerebro, no hay disidencia, no hay otra voluntad que la de su mesías.
Qué pobreza.
Twitter: @adejorge
Resulta que López Obrador se reunió en privado con los meros, meros miembros de la mafia del poder. Y, ya sea por miedo a los empresarios o miedo a sus bases, no reveló nada de lo que ahí se platicó. No digo que tenga que dar a conocer todo, pero, por lo menos algo que le de claridad a esa reunión y, sobre todo, a lo que pregona siempre: nada de acuerdos en lo oscurito y nada de someterse a los que han saqueado a este país; es decir, ni una concesión a los que él mismo ha llamado minoría rapaz y traficantes de influencias. Su amor por el pueblo bueno quedó relegado para mejor momento. Será que pensaría que su pueblo es menor de edad o idiota que no debe de enterarse de cosas que no va a entender.
Pero después, vino la cereza del pastel. Con el pretexto de que no le prestaban el zócalo para su cierre de campaña, no se les ocurrió un mejor lugar para realizarlos que el Estadio Azteca.
Sí, el nido de las Águilas del América, propiedad de Televisa, los matraqueros o solapadores de la mafia del poder. El monumento a la indecencia.
Ahí se arrodillará, no a su pueblo, sino al poder con el que ha pactado para conseguir su única ambición, el poder.
Me pregunto dónde perdió la dignidad.
Pero lo más cómico, son sus huestes, esos a los que les dicen ‘zombis’. Ni una palabra. No hay dignidad, no hay cerebro, no hay disidencia, no hay otra voluntad que la de su mesías.
Qué pobreza.
Twitter: @adejorge