Hay que reconocer los errores, es de hombres. Pues reconozco que, poco antes de las elecciones del primero de julio, en la contienda por la presidencia y tomando en cuenta la inminencia del triunfo de AMLO me atreví a vaticinar cuál sería el futuro de la relación entre el electorado y el elegido y me equivoqué rotundamente.
Pensé que el reinado de López Obrador duraría entre mieles y hojuelas unos tres años. Nada más errado que este pronóstico.
Primero, lo yerros en la comunicación de los cercanos, presuntos secretarios y demás autoridades en la siguiente administración, que a como diera lugar quisieron dar el relumbrón para lucir su calidad de nuevos ricos con declaraciones y afirmaciones que se alejaban de la verdad, exhibiendo su falta de experiencia y ánimo de venganza. Fail.
Luego, el anunciado crimen a las burocracias, lo que traerá un rosario de mentadas de madre ad infinitum. Eso de la tabla rasa lo único que generará es desgracia para miles de familias y la ineficiencia en las burocracias continuará. Fail.
Después vino el anuncio de las consultas sobre el nuevo aeropuerto, que lo único que evidencia es tratar de frenar el progreso de México y la consabida consigna de borrar cualquier marca de éxito del sexenio que aún no acaba. Fail.
Y otras cosas, pero la que acaba con mi pronóstico de darle el beneficio del enamoramiento entre ciudadanos y flamante presidente durante tres años, es el escándalo del lavado de dinero con fines electorales de Morena y su muy honesto líder durante las campañas y so pretexto de ayudar a los damnificados en los sismos de septiembre pasado ¡Mega fail!
Explicaciones van y vienen, pero la ilegalidad está comprobada. La sospecha marcará a esta administración antes de que comiencen sus funciones. La corona de quien quería pasar a la historia como ‘un buen presidente’ está abollada antes de ser estrenada con la piedra del engaño, la corrupción y la compra de votos.
Otro sexenio de sospechas y seños fruncidos. Esto apenas empieza.
Twitter: @adejorge
Pensé que el reinado de López Obrador duraría entre mieles y hojuelas unos tres años. Nada más errado que este pronóstico.
Primero, lo yerros en la comunicación de los cercanos, presuntos secretarios y demás autoridades en la siguiente administración, que a como diera lugar quisieron dar el relumbrón para lucir su calidad de nuevos ricos con declaraciones y afirmaciones que se alejaban de la verdad, exhibiendo su falta de experiencia y ánimo de venganza. Fail.
Luego, el anunciado crimen a las burocracias, lo que traerá un rosario de mentadas de madre ad infinitum. Eso de la tabla rasa lo único que generará es desgracia para miles de familias y la ineficiencia en las burocracias continuará. Fail.
Después vino el anuncio de las consultas sobre el nuevo aeropuerto, que lo único que evidencia es tratar de frenar el progreso de México y la consabida consigna de borrar cualquier marca de éxito del sexenio que aún no acaba. Fail.
Y otras cosas, pero la que acaba con mi pronóstico de darle el beneficio del enamoramiento entre ciudadanos y flamante presidente durante tres años, es el escándalo del lavado de dinero con fines electorales de Morena y su muy honesto líder durante las campañas y so pretexto de ayudar a los damnificados en los sismos de septiembre pasado ¡Mega fail!
Explicaciones van y vienen, pero la ilegalidad está comprobada. La sospecha marcará a esta administración antes de que comiencen sus funciones. La corona de quien quería pasar a la historia como ‘un buen presidente’ está abollada antes de ser estrenada con la piedra del engaño, la corrupción y la compra de votos.
Otro sexenio de sospechas y seños fruncidos. Esto apenas empieza.
Twitter: @adejorge