No por mucho madrugar…
¡Ah, la sabiduría popular! Esa que muchos repiten todos los días, pero no aprenden nada de ella.

Reza el dicho: ‘no por mucho madrugar, amanece más temprano’. Viene al caso por el caos, al menos comunicacional, que hemos visto después del primero de julio en el próximo presidente de México, López Obrador, y algunos miembros de su equipo.

Un caos, sí, un caos. Esos que tanto criticaron el caos en la administración actual y la pasada, con razón, hoy son víctimas del mismo caos.

Caos provocado por la soberbia, la ignorancia, la prepotencia de mostrarse no sólo como un ganador, sino como un poderoso.

Caos porque se piensa que con sólo decir algo, equivalente a mover su dedito, las cosas se realizarán como por arte de magia y todo saldrá bien y si no, pues se les va a perdonar. Pero no.

No entiendo por qué con tanto tiempo de estarse quejando y denunciando los errores en el ojo ajeno, ellos nunca se pusieron las pilas para aprender o será que quisieron aprender de los errores de otros y nomás no se les da eso y pues a cometer los mismos errores. Que desgracia la de México, es una maldición, puro inepto en la política, pero eso sí, muy soberbios.

¿Por qué no se esperaron hasta el primero de diciembre para empezar a cometer sus pifias? Por lo menos hubiera durado más la ilusión de los ilusos que votaron por él.

Pero no. Le digo que es una mezcla de ignorancia con fantochería. Se comportan como nuevos ricos pues, y por eso… el oso.

Twitter: @adejorge


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