De mesías a humano
Muchos deben estar desencantados por la declaración de López Obrador, quien durante años se vendió como el único capaz de arreglar los tremendos problemas por los que atraviesa México, algunos de los cuales tienen sus raíces en décadas lejanas a este tiempo y, por tanto, son muy difíciles de solucionar. Pero él lo prometió y por eso muchos votaron a su favor.

Resulta que en uno de los foros que organizan para recoger los comentarios de las víctimas del crimen, dizque para darle forma a su estrategia de seguridad y que se llevó a cabo el viernes 14 de septiembre, se dio la revelación por parte del tabasqueño.

Frente al reclamo de los deudos, quienes advirtieron que no se callarán y que no perdonarán y, sobre todo y muy importante, que exigen justicia, López Obrador apenas alcanzó a decir: ‘en justicia, lo humanamente posible’. ¡Oh decepción! No es Dios, no es el mesías por el que México votó, no hará otra cosa distinta a lo que los mandatarios de los últimos 16, 17 años han hecho: lo humanamente posible, porque son sólo eso, humanos y porque la venta de soluciones fáciles a problemas tan complejos como este, no son otra cosa más que una tomada de pelo.

Ya está tendiendo la cama para poder decir, al cabo de unos 2 o 4 años que las cifras de la criminalidad no bajen y que el Ejército y la Marina no regresen a sus cuarteles, que él sólo es un humano con buenas intenciones pero que el PRIAN o que la ‘mafia del poder’ o que las condiciones climatológicas no le han permitido dar mejores resultados que sus antecesores. La salida fácil, culpar a otros, preferentemente a los que ya no están.

Y no es que yo haya sido uno de los que creyó que a su llegada todo se arreglaría únicamente con su ejemplo y su Constitución Moral, no, pero hubo muchos que se tragaron esa infamia.

Como lo he venido repitiendo una y otra vez, ese amor proferido en las urnas se convertirá en un estallido social pocas veces visto en este país en la era moderna y las consecuencias son de pronóstico reservado, al ver que este señor y quienes lo rodean no son otra cosa más que lo mismo que hemos tenido en el país por décadas.

El peje, por su boca muere.

Twitter: @adejorge


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