Que los servicios de salud del gobierno en el país son pésimos, ni duda. Que requieren una sacudida todos los ladrones que ahí se encuentran, por supuesto. Que merecen un escarmiento todos los que se encargan de ofrecer un servicio a los derechohabientes y que por décadas los han tratado de manera humillante y sin humanidad ¡claro!
Pero de que el presidente electo, López Obrador, necesita informarse más sobre cómo funcionan los servicios de salud de otros países, resulta urgente.
¿Por qué? Porque esta semana, aún en campaña (es increíble que su campaña y regadero de promesas simplonas nunca termine), AMLO ha prometido que, para el final de su sexenio, México tendrá un sistema de salud como el de Europa. Puso como ejemplo, entre otros países, a Inglaterra.
Primero, debió haber dicho Reino Unido, puesto que los países que conforman esa unión comparten el mismo sistema de salud.
Segundo, una de las bromas más recurrentes de los británicos es: ‘este es el único país del mundo en el que, para enfermarse, hay que programarlo con seis meses de anticipación’. La enorme carga en la demanda de servicios de salud, la falta de recursos y la asfixiante falta de personal, hacen que los pacientes esperen mucho tiempo para ser atendidos, en algunos casos se tienen que viajar muchos kilómetros para ver al especialista que revisa tu padecimiento porque no hay en tu ciudad un especialista para ti y te tienes que aguantar y hacer el viaje.
Tercero ¿dijo el presidente tabasqueño que sería gratis? Punto número uno, todos los británicos, como los mexicanos, hacen puntualmente sus aportaciones al seguro social a través de sus sueldos. Para empezar, eso no significa gratis.
Pero los ciudadanos de la Gran Bretaña tienen una desventaja sobre nosotros en cuanto a los servicios médicos proporcionados por su gobierno: cada vez que se consulta y se obtiene una receta, los británicos no pasan a una farmacia ubicada en el hospital o clínica como lo tenemos en el IMSS; no, ellos se dirigen a una farmacia de las que hay en la calle en la que, por supuesto, les darán el medicamento de forma gratuita pero pagando lo que ellos llaman ‘Prescription Charge’ (cargo por receta) el cual consiste en algo así como el derecho a obtener el medicamento; si no lo pagas, la farmacia no te lo da. No importa el tipo de medicamento, pueden ser desde productos de cuidados primarios, hasta medicamentos para VIH o cáncer. Todos pagan su receta.
Ese cargo por receta en este momento cuesta 8.80 libras esterlinas, que al tipo de cambio al día de hoy significan: 218 pesos con 24 centavos ¿cómo la ve?
Ese es el problema de no viajar, no informarse y dejarse ver la cara por asesores patéticos. Imagine que ahora usted va a tener que pagar unos doscientos pesos por cada receta que le den en el IMSS ¿contento con el presidente por el que votaron?
Twitter: @adejorge
Pero de que el presidente electo, López Obrador, necesita informarse más sobre cómo funcionan los servicios de salud de otros países, resulta urgente.
¿Por qué? Porque esta semana, aún en campaña (es increíble que su campaña y regadero de promesas simplonas nunca termine), AMLO ha prometido que, para el final de su sexenio, México tendrá un sistema de salud como el de Europa. Puso como ejemplo, entre otros países, a Inglaterra.
Primero, debió haber dicho Reino Unido, puesto que los países que conforman esa unión comparten el mismo sistema de salud.
Segundo, una de las bromas más recurrentes de los británicos es: ‘este es el único país del mundo en el que, para enfermarse, hay que programarlo con seis meses de anticipación’. La enorme carga en la demanda de servicios de salud, la falta de recursos y la asfixiante falta de personal, hacen que los pacientes esperen mucho tiempo para ser atendidos, en algunos casos se tienen que viajar muchos kilómetros para ver al especialista que revisa tu padecimiento porque no hay en tu ciudad un especialista para ti y te tienes que aguantar y hacer el viaje.
Tercero ¿dijo el presidente tabasqueño que sería gratis? Punto número uno, todos los británicos, como los mexicanos, hacen puntualmente sus aportaciones al seguro social a través de sus sueldos. Para empezar, eso no significa gratis.
Pero los ciudadanos de la Gran Bretaña tienen una desventaja sobre nosotros en cuanto a los servicios médicos proporcionados por su gobierno: cada vez que se consulta y se obtiene una receta, los británicos no pasan a una farmacia ubicada en el hospital o clínica como lo tenemos en el IMSS; no, ellos se dirigen a una farmacia de las que hay en la calle en la que, por supuesto, les darán el medicamento de forma gratuita pero pagando lo que ellos llaman ‘Prescription Charge’ (cargo por receta) el cual consiste en algo así como el derecho a obtener el medicamento; si no lo pagas, la farmacia no te lo da. No importa el tipo de medicamento, pueden ser desde productos de cuidados primarios, hasta medicamentos para VIH o cáncer. Todos pagan su receta.
Ese cargo por receta en este momento cuesta 8.80 libras esterlinas, que al tipo de cambio al día de hoy significan: 218 pesos con 24 centavos ¿cómo la ve?
Ese es el problema de no viajar, no informarse y dejarse ver la cara por asesores patéticos. Imagine que ahora usted va a tener que pagar unos doscientos pesos por cada receta que le den en el IMSS ¿contento con el presidente por el que votaron?
Twitter: @adejorge