Ya no somos protagonistas
Estaba mirando las recientes clasificaciones que la FIFA hizo de las selecciones nacionales de las comarcas futbolísticas de este planeta y no puedo menos que sentirme avasallado, en mi condición de aficionado autóctono, por la aplastante superioridad de los europeos: entre los diez mejores representantes del balompié mundial figuran apenas dos equipos de nuestro subcontinente: Brasil, en la tercera posición, y los broncos uruguayos, en el sexto lugar.

Hasta ahí, el honor futbolístico de Latinoamérica, señoras y señores. Los otros ocho equipos restantes son todos del Viejo Continente. Y me permito, con perdón, presentarles a ustedes la tabla de clasificación: en primerísimo lugar, un centésimo de punto arriba de Francia —nada, vamos, pero los señores encargados de la estadística en la Fédération Internationale de Football Association así lo han determinado y su juicio es tan lapidario como incontestable—, el Reino de Bélgica.

Los belgas fueron siempre mi equipo favorito para llevarse el trofeo del pasado Mundial pero —así es el fútbol de impredecible, aparte de fundamentalmente injusto, y ahí está precisamente su magia— Francia les pasó (apenas) por encima en una final anticipada debida, paradójicamente, a que el equipo de Bélgica terminó en primer lugar en la fase de grupos.

En el segundo puesto de la mentada clasificación de doña FIFA figura, como hemos dicho, la nación gala y, a decir verdad, su coronación en la pasada justa mundialista fue bien merecida (aunque un tanto extraña porque nosotros, los aficionados, creíamos que el catenaccio era una estrategia ya sin vigencia alguna en el fútbol moderno). Brasil, recuperado de la humillante derrota que le propinaron los teutones en la edición anterior del mentado Mundial, figura en el tercer lugar, como señalamos en las líneas anteriores. Siguen Croacia, un minúsculo país que, por eso mismo, no debiera figurar siquiera en la tabla pero cuyas portentosas individualidades lo han llevado a los primeros lugares, Inglaterra (muy digno papel de estos jóvenes en la pasada justa), los aguerridos uruguayos y, a partir de ahí, otros cuatro países europeos para completar la lista: a saber, Portugal, Suiza, España y Dinamarca.

Los españoles deben sentirse muy mal de ocupar el noveno puesto de esta implacable lista pero, como les decía, quienes peor parados quedamos globalmente somos los latinoamericanos. La Argentina no figura, miren ustedes, en esos primeros honrosos diez primeros lugares. Es más, la precede Colombia, en el décimo primer puesto. Y, bueno, nosotros, los estadounimexicanos estamos en la posición 16, lo cual no está bien, ni mal, sino todo lo contrario, como llegó a mascullar uno de los próceres que lograron auparse a la silla presidencial de esta sufrida nación.

Algo pasa, pues, con el fútbol de esta parte del mundo. Algo no está funcionando. Es, si lo piensas, una muy mala noticia. Vaya que sí.

revueltas@mac.com
Esta columna es publicada con la autorización expresa de su autor.


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