La corrupta libertad
Después de la escandalosa cancelación del NAIM, los dueños del dinero en México y quizá en el mundo se pusieron muy nerviosos; otros, furibundos le dieron una zarandeada a los mercados y el peso se tambaleaba.

De pronto, una semana después todo parece regresar a la calma ¿fue arte de magia? ¿es que los empresarios recobraron la calma simplemente porque la Cuarta Transformación, efectivamente, transforma hasta al más ambicioso?

No, es que esa demostración de fuerza de los mercados bastó para dar manotazo en el escritorio de quien dice que será el único que mande en su changarro. Le guste o no al próximo presidente, pero los empresarios lo sentaron a negociar ¿para conseguir qué? su propio beneficio y, que se joda México.

¿Por qué? Simple, porque luego de la turbulencia, López Obrador se sentó a platicar (léase: negociar) con ellos el futuro de todo lo que tiró a la basura; es decir, una parte del dinero que los hombres de negocio habían arriesgado en la construcción del fallecido aeropuerto.

Pero, qué mal se ve al mesías negociando con esos ‘fifís’ tan sonriente en ese restaurante tan ‘fifí’. Qué les ofreció: que lo que iban a perder en contratos por esta cancelación, lo recuperarían con contratos en la edificación de su capricho (léase: aeropuerto de Sta. Lucía) y tan-tan. Todos contentos ¡claro! ¿Cómo no lo iban a estar? Porque estas negociaciones se hicieron a espaldas de la ley, los mexicanos y sus instituciones.

Por qué AMLO se toma una corrupta libertad de cancelar contratos y no pagar lo que por derecho corresponde. Por qué AMLO se toma la corrupta libertad de otorgar obra sin antes licitar.

Dijo uno de los empresarios involucrados en la ‘negociación’, que todo está perfecto puesto que nadie está peleado con su dinero y que ya llegaron a un acuerdo. Por supuesto, el dinero será el de todos los mexicanos y López Obrador ya dispuso que lo repartirá entre ellos, así nadie se enoja; pero ¿y nosotros?

Qué mal nos va a ir si este señor sigue por este camino.

Twitter: @adejorge


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