Pero ahí tenemos a las Fuerzas Armadas, ¿o no?
Nuestras Fuerzas Armadas ya están, ya existen. O sea, que miles de mexicanos ya se han sometido a los rigores de la disciplina militar, ya poseen notables habilidades, ya han alcanzado diferentes grados en la jerarquía castrense y ya forman parte de una institución del Estado que les ofrece no sólo una paga sino todos los beneficios de la seguridad social. Dicho en otras palabras, ya están en el presupuesto.

Tan sencillo, entonces, como que se vuelvan policías o, si no enteramente, que se ocupen de las tareas de seguridad pública en este país en vez de quedarse en sus cuarteles a la espera de una guerra con las naciones vecinas (que jamás acontecerá) o del acaecer de esos desastres naturales en los que aportan una necesarísima ayuda a las poblaciones afectadas.

Pero, ¿qué ha pasado aquí, por qué recurrir a los soldados y a los infantes de marina siendo que en otros países no se ocupan de perseguir y aprehender a delincuentes? ¿No hay cuerpos policiacos en México, no contamos con guardias municipales, con agentes estatales y federales? Pues sí, pero, a excepción de la Policía Federal, las otras corporaciones no sirven para preservar la seguridad con la que debemos obligadamente contar los mexicanos. Es más, los tales cuerpos están infiltrados por los propios maleantes y las más de las veces un vecino no se atreve siquiera a acudir a denunciar que su casa ha sido saqueada por temor a que los policías lo pongan en la mira de quienes precisamente lo han despojado de su patrimonio. El mundo al revés, señoras y señores.

No olvidemos que la primerísima razón de ser del Estado es ésa, la de suministrar condiciones y garantías a los ciudadanos para que no sean atracados, robados, secuestrados y asesinados. En este sentido, el fracaso de nuestros Gobiernos ha sido punto menos que estrepitoso. No se han enterado, vamos, de que el tema de la seguridad no sólo pasa por contar con policías profesionales y decentes —bien entrenados y bien pagados, desde luego— sino que tiene que ver con la administración de la justicia. Lo que sí lograron percibir, sin embargo, es que tenemos Ejército y Armada. ¡Pues, los ponemos de policías, oigan, a la primera, y problema resuelto!

revueltas@mac.com
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