Planta del tabaco podría producir la vacuna contra el coronavirus

La Nicotiana benthamiana es una pariente cercana del tabaco. Esta planta herbácea crece entre las rocas y acantilados del norte de Australia y se emplea como biofábrica de vacunas. Ahora, un equipo internacional de científicos dirigido por investigadores de la Universidad de Tecnología de Queensland, Australia, ha descubierto que podría ayudar en la producción masiva de vacunas contra el nuevo coronavirus.

Estos días, los investigadores están corriendo una carrera contrarreloj para dar con la vacuna que permita protegernos frente al nuevo coronavirus. También para desarrollar productos de diagnóstico, todos ellos basados en proteínas. Un problema importante, una vez desarrollados, es su producción masiva y a bajo coste.

Una solución a estos obstáculos podría ser la agricultura molecular, es decir, emplear plantas como biofábricas. Las plantas pueden cultivarse en grandes cantidades utilizando tecnologías agrícolas sencillas, al alcance de los países en desarrollo, que carecen de métodos sofisticados de producción de proteínas, como los que utilizan cultivos de células animales.

"Iniciamos el proyecto con el consorcio Newcotiana hace tres años con la idea de hacer que las plantas fueran capaces de fabricar mayores cantidades y mejores calidades de la vacuna y los anticuerpos cuando no se conocía la COVID-19", dijo Waterhouse.

Lo que harían los biotecnólogos sería inyectar o infiltrar en la hoja de la Nicotiana benthamiana las instrucciones del ADN sobre cómo fabricar el anticuerpo o la vacuna contra la COVID-19 y la planta produciría la vacuna en sus células.

"A medida que avancemos, será necesario responder rápidamente a las nuevas cepas de virus que vayan apareciendo. En los últimos años hemos visto el SARS, el MERS y ahora la COVID-19”.  "Es una suerte que estemos alcanzando el nivel de comprensión de esta planta biofactoría y que hayamos avanzado en el proyecto Newcotiana H2020 tanto como lo hemos hecho, permitiendo y proporcionando nuevas y mejores formas de afrontar los retos actuales y futuros", declaró Waterhouse.

La Nicotiana benthamiana


La Nicotiana benthamiana también puede ser clave para obtener cultivos que resistan enfermedades y sobrevivan al cambio climático.

Fue descrita por primera vez por el cirujano que iba a bordo del bergantín de la Marina Real británica HMS Beagle en su tercer viaje alrededor de Australia. En 1936 Sir John Cleland, reconocido naturalista, microbiólogo, micólogo y ornitólogo australiano, recogió la semilla de una planta que crecía en Australia central, que se ha propagado y pasado de un laboratorio a otro en todo el mundo.

El genoma de la Nicotiana benthamiana tiene alrededor de 60 000 genes, aproximadamente el doble que el de una planta ordinaria.

"Es una planta especial porque se está utilizando para un amplio espectro de vacunas y anticuerpos, incluidos los del ébola y ahora los de la COVID-19", dijo el profesor Waterhouse. "Las plantas no suelen producir anticuerpos, es algo que hacen los animales".

Waterhouse ha estado recogiendo y estudiando diferentes ecotipos de esta planta y ha hecho una expedición al centro de Australia para encontrar la planta. Su equipo también está utilizando la Nicotiana benthamiana para diseñar cultivos resistentes a las enfermedades.

Por: Mar Aguilar.
Vía: Muy Interesante.


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